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Ex CNI contaba con red de protección en la zona lacustre y se movía en Mercedes Benz de alta gama para poder escapar

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Juan Eduardo Rubilar Ottone estaba prófugo desde el año 2015 y la PDI tenía antecedentes de que podría estar en el sur del país desde hacía cuatro meses al menos. No hacía trámites personales y se manejaba bajo normas de seguridad e inteligencia militar.

Por Rodrigo Vergara/ Fotografía PDI

Durante la tarde de este lunes, un equipo de la Brigada de Ubicación de Personas (BRIUP) de la PDI, junto al ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, llegaron hasta la cárcel de Colina en Santiago. El objetivo era notificar a Juan Eduardo Rubilar Ottone (63) de la condena a 15 años por los homicidios de dos integrantes del MIR, Héctor Sobarzo y Juan Varas; y dos militantes del PC, Alicia Delgado y Enzo Muñoz en 1984. El condenado había sido detenido la tarde del domingo mientras compraba en el supermercado Eltit de Camino Internacional y la noticia fue conocida en el país a raíz de una publicación de La Voz….

Pero la estadía en Colina, probablemente, distará mucho de la vida que Rubilar Ottone, ex miembro de la CNI (policía política de la dictadura de Augusto Pinochet), llevaba en la zona lacustre desde hacía, al menos, cuatro meses. Según los datos que pudo indagar este medio, Rubilar contaba con una fuerte red de protección en Santiago y acá que pudo mantenerlo oculto y a resguardo. El hombre vivía en una casa entre Villarrica y Pucón y no realizaba ninguna actividad o trámite en la que debiera revelar su identidad. Por lo mismo, se movía con sigilo a bordo de un automóvil Mercedes Benz (que no estaba a su nombre) de alta gama, que, según la policía, lo ayudaría en un eventual escape; no usaba tarjeta de crédito, por lo que sólo pagaba con efectivo. Y tenía gente que le ayudaba con las cosas más simples como trámites y retiros de dinero.

“El señor este ha cambiado distintos domicilios entre Villarrica, Pucón. Estuvo en Temuco. Ha estado en distintos lugares. El último domicilio fijo era entre Pucón y VIllarrica. Sabemos que desde el 2015 que anda en distintos lugares. No tenemos exactamente el tiempo, pero desde hace cuatro meses teníamos la idea de que andaba en el sur”, explica el comisario Manuel Fuentes, jefe de la BRIUP.

El oficial explica que el éxito en la detención estuvo en un exhaustivo trabajo de inteligencia policial y bloqueando la red de protección del ex coronel de Ejército: “Esto fue un operativo que se llevó en la vía pública porque hay trabajo de inteligencia de por medio y bloqueando la red de protección. Sabíamos que estaba operando en el sector por distintas operaciones que él hizo y desarrolló”.

Sobre el cómo se movía en la zona, el comisario Fuentes señala: “No hacía ningún trámite personal. Porque si usted va a cargar una tarjeta telefónica no necesita dar su nombre o si va al supermercado no pagaba con tarjetas de crédito. Nada que estuviera a su nombre. No hacía ningún trámite que pudiera revelar su identidad”.

Otro elemento que complicó la indagatoria de la PDI fue la experiencia y los conocimientos de inteligencia militar que maneja el condenado. “Esta gente fue agente de inteligencia que fueron operativos en su tiempo, entonces conocen toda la estrategia. No son cualquiera. El hombre sabe de inteligencia, entonces fue difícil seguirle la pista”, explicó el comisario, quien también se refiere a la red de protección: “Hay una red de protección en Santiago y en distintos lugares donde los requerimientos que necesita lo hacen llegar por terceras personas. El auto en el que andaba se lo habían conseguido”.

Fuentes explica que la BRIUP tiene trece requerimientos de ex militares condenados en causas de derechos humanos, de los cuales ya llevan nueve detenidos.

 

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