El temporal y los equipos en terreno

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En los últimos días hemos convivido con una condición común de nuestra zona: las inclemencias climáticas transformadas en temporales de viento y lluvia. Y esto, pese a que aún nos encontramos en otoño y faltan varias semanas para la llegada del invierno. Y bueno, no es demasiada novedad esta condición que se ha mantenido por miles de años y que nos ubican con temporadas largas de lluvia. Y en buenahora que así sea. 

Pero el punto de esta editorial es destacar la labor que la nueva administración municipal ha realizado para afrontar estas contingencias. Es saludable ver cómo los equipos de la unidad de Prevención de Riesgos y Desastres están todos en terrenos preocupados de la contingencia, organizados, con tecnología, con la ropa adecuada y, lo mejor, tratando de solucionar los problemas de la gente. Es decir respondiendo a las necesidades de la comunidad. 

Y esto último (responder a las necesidades de la comunidad) es algo que no siempre se entiende y menos se cumple. Por lo mismo, es bueno saber que en el ámbito de las emergencias estamos más o menos cubiertos. Y, obviamente, se deja el espacio de duda (cuando se dice “más o menos cubiertos”) porque la verdad nunca estaremos cien por ciento preparados para enfrentar las emergencias; simplemente porque la fuerza que controla a la naturaleza es, sencillamente, mucho más poderosa que la nuestra. 

Punto aparte merece el rol que ha cumplido el alcalde Sebastián Álvarez en las contingencias. Se lo ve en terreno y liderando los problemas. Y eso siempre es positivo en un jefe comunal. Ahora, quizás deba evaluar en su tiempo la sobreexposición y su histrionismo en esta materia; debido a que cuando las cosas fallen (siempre fallan en algún momento) las miradas cuestionadoras se pondrán sobre él. Pero evaluar eso y aplicar prudencia —si es que es necesario— es una decisión personal y de sus equipos. Por ahora, pareciera que enfrentar las emergencias comunales es algo que la nueva administración está aprobando bien.