Editorial
Adelanto de la carrera a la alcaldía
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En la semana fuimos testigos de la realidad que se vive en la política local. Una nota de este medio daba cuenta de la inusual y adelantada carrera que, pareciera, se desató por el sillón municipal. Esto, a menos de un año de haber asumido Sebastián Álvarez como jefe comunal y a tres de las elecciones de 2028.
Lo anterior es algo extraño y poco común que tiene, por cierto, varias lecturas e interpretaciones. Todo, casi como una especie de realidad paralela a un país que, por estos días, vive la efervescencia típica de las elecciones presidenciales y parlamentarias. Es como estar viviendo en un tiempo diferente y totalmente fuera de contexto.
Ahora, si bien cada sector maneja sus propias estrategias y válidas aspiraciones con el fin de posicionar los rostros más representativos para ocupar los cargos más relevantes; no es menos cierto que esto debe hacerse con delicadeza porque en política las formas son tan importantes como el fondo. Y en estos tiempos una carrera desatada, por cierto, se ve muy mal frente a una comunidad que de tiempo en tiempo manifiesta su disconformidad con la política e, incluso, con el sistema democrático que nos rige. Y esto es necesario tenerlo en vista. Los políticos deben y tienen que cuidar a la política y volver a ponerla como una actividad importante —porque lo es— para el desarrollo comunitario.
Aunque adelantar este debate devela una especie de “pato cojo” anticipado que claramente debilita la administración actual y que muestra cierta impericia en su manejo político; también es un distractor importante de las necesidades que tenemos en Pucón. Son tantos los temas importantes que vivimos como comuna que distraernos en discusiones sobre eventuales candidatos a tres años de una elección es un gustito que no nos podemos dar. Invitamos a todos a enfocarnos a trabajar con miras a hacer de Pucón un mejor lugar. Ya vendrá el tiempo de las discusiones sobre candidaturas y elecciones. Hay tiempo para todo, pero es necesario saber distinguir cuál es el que toca vivir.


