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Opinión

Bandera de Pucón: cambiar para permanecer

*Por Gustavo Díaz.

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La discusión sobre el cambio de la bandera de Pucón ha sido una grata sorpresa. Grata —y además apasionante— porque demuestra que a los puconinos les importa su identidad. Eso es algo muy positivo.

¿Significa este cambio una traición a su esencia? No. De hecho, es la prueba de todo lo contrario. Es la señal más clara de una comunidad que se atreve a realizar la más valiosa de las síntesis: tejer los hilos de su historia con las fibras de su presente. Querer que la identidad de Pucón sea inmutable es como pedirle al Río Trancura que detenga su cauce. Es un anhelo imposible y —me atrevo afirmar— del todo indeseable.

Recordemos nuestra propia historia como país. En su oportunidad, cambiamos la bandera de la Patria Vieja —el primer emblema de la independencia— por otro nuevo, más colorido e incluso bastante distinto. ¿Por qué? Porque necesitábamos un símbolo que uniera y que diera cuenta del futuro ¿Fue una renuncia? No, en absoluto. Fue una reafirmación de una identidad en evolución y que pese a ello, no era distinta de la original.

La filosofía también nos enseña algo similar por medio del relato de la Nave de Teseo. La paradoja es simple y profunda: si un barco, a lo largo de su viaje, va reemplazando cada una de sus tablas viejas por una nueva ¿Sigue siendo el mismo barco cuando ya no queda ninguna pieza original? La respuesta es un rotundo sí. Porque la verdadera identidad de la nave —su alma— no reside en la madera, sino en su propósito, en su historia y en la continuidad de su viaje. Las tablas pueden y deben cambiarse, precisamente, para que el barco no se hunda y pueda seguir navegando. La nueva bandera de Pucón es eso: una tabla nueva. No hunde el barco de la identidad. Puede incluso que lo haga más fuerte.

Así que celebremos el debate. Honrar el pasado no es quedarse estancado en él. El cambio es connatural al ser humano. Los pueblos cambian inexorablemente y eso es un hecho inevitable. Lo entendieron en su momento nuestros antepasados y debemos nosotros entenderlo ahora. El verdadero homenaje a quienes forjaron Pucón es tener la valentía de crear los símbolos que representen la síntesis del Pucón del pasado, del presente y del futuro.

*Gustavo Díaz es abogado de la U. Mayor de Temuco. Fue parte del comité de expertos de la Comisión Para la Paz y el Entendimiento en La Araucanía.

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