Editorial
La promesa de la auditoría municipal

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Durante la semana conocimos de la adjudicación a la empresa Fortunato y Asociados de la anunciada auditoría municipal que abarcaría, en los hechos, el último período del alcalde Carlos Barra. Y en buena hora que así sea. Como se dice coloquialmente “cuentas claras conservan la amistad”; sobre si en esas cuentas está metida la “plata de todos”, ya que el aparataje público, incluyendo la municipalidad, se financia con nuestros tributos.
Como primera cosa, es necesario decir que lo de la auditoría es una promesa de campaña que Sebastián Álvarez transmitió en entrevistas, debates y discursos previos a la elección del año pasado. Y, por cierto, siempre será bueno y positivo que el alcalde cumpla sus promesas una vez electo. No siempre sucede, pero cuando pasa, hay que felicitar.
Ahora, no basta con licitar la auditoría. Hay que llevarla a cabo y desarrollarla de la mejor manera posible, siempre con el objetivo de llegar hasta lo más profundo. Esto, porque no podemos olvidar la frustrada experiencia de 2021 con la misma empresa. En esa oportunidad, los analistas de la consultora emitieron un informe en el que, en resumidas cuentas, se decía que no se pudo llegar a un análisis más certero debido a que no se entregó toda la información requerida.
Por lo mismo, entendemos que desde la municipalidad se armará un tinglado en el que será imposible no acceder a la información. No esperamos menos que una sistematización adecuada con una contraparte de los auditores que permita acceder de manera rápida a la información requerida. Al final, para bien o mal, es necesario conocer el real estado de la municipalidad de Pucón. Solo así se podrá continuar en un necesario tejido de confianza entre las autoridades y la comunidad.