Editorial
El futuro del casino en Pucón

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En la semana conocimos la decisión —de alguna manera no sorpresiva por cierto— de la empresa Enjoy de renunciar a sus licencias de casino en Viña del Mar, Coquimbo y también en Pucón. Y si bien falta aún la aceptación de la Superintendencia de Casinos y Juegos (SCJ), pareciera ser el comienzo del fin de un proceso que desde un inicio, al menos en Pucón, vivió cuestionamientos y complicaciones. Esto, partiendo por una oferta económica de 121.000 UFs (un poco más de $4.700 millones anuales) que no pocos alertaron y la catalogaron como “poco aterrizada”. Y esto último, previo incluso, al denominado “estallido social” o a la pandemia del Covid.
Pero tal como lo señaló el presidente de la Corporación de Turismo local, Julio Pablaza, la historia de Enjoy en los últimos años en Pucón fue la “crónica de una muerte anunciada”. Y para entender esto no había que ser experto en finanzas o un fino analista de la industria casinera, simplemente había que informarse por la prensa especializada, echar un vistazo a las dos reorganizaciones judiciales cuya documentación es pública. O a los propios estados financieros de la compañía, también públicos por Ley. Pero nada de esto último realizó la anterior administración municipal, liderada por el alcalde Carlos Barra, quien entregó su total apoyo a la compañía en todo el proceso licitatorio pasado y después de eso también. De hecho la denominaba como “el socio” de Pucón. Pero el socio falló y por poco nos arrastra en la caída.
Es de esperar que, si prospera la renuncia en la SCJ, la actual administración municipal mantenga la distancia adecuada de todos los oferentes que lleguen al proceso. Nunca será bueno “abanderarse” con alguno de ellos. Y más que eso, que pueda —de alguna forma— resguardar el procedimiento para que, tal como lo señaló el alcalde Sebastián Álvarez, no aparezcan “vicios de ilegalidad” que puedan cuestionar el proceso y alargar en demasía la instalación de un nuevo concesionario. No debemos olvidar que entre que Enjoy licitó en 2018 y logró instalarse pasaron cuatro años debido a todas las complicaciones y cuestionamientos (demandas incluidas) que aparecieron en el camino. Si algo así sucede nuevamente, la comuna estaría en un problema gigantesco, debido a que sólo estamos resguardados legalmente con los recursos por tres años desde que se acepta la renuncia.
Finalmente, el llamado es también a la responsabilidad fiscal de parte de la municipalidad. El flujo de recursos ciertos estarían medianamente resguardados por solo tres años. Luego de eso es altamente probable que los ingresos que provienen de la industria del juego disminuyan considerablemente. Entendemos que esto es algo que las autoridades actuales manejan, ya que el mismo Álvarez también sostuvo que tendrán que trabajar en proyectos para tratar de suplir esas necesidades.
Finalmente esperamos que tanto la empresa saliente como la que llegue resguarde los empleos de los cientos de trabajadores que se desarrollan tanto en el casino como en el hotel. No queremos ver a familias puconinas golpeadas por la cesantía, sobre todo esa que se puede evitar.