El deber de denunciar al narco

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Hace un par de días se registró uno de los procedimientos más exitosos en el combate al crimen organizado internacional, que involucró acciones en varias comunas de nuestro país, incluyendo a Villarrica y Pucón. Si, Pucón. Ya lo señalamos semanas atrás, la actividad de bandas criminales en nuestra comuna no es marginal. Ahora nos queda la pregunta de cómo avanzar en materia de control social e institucional para enfrentar este flagelo. 

Para ello es indispensable denunciar. La denuncia permite visibilizar actividades que no se ven o no queremos ver. Pero claro, hay obstáculos. Miedo, desconfianza en las instituciones e incluso una suerte de legitimidad de las narcocultura. Es más, subyace en las personas  la idea de que la denuncia es una deslealtad a los códigos de vecindad, pero es lo contrario.

Uno de los principales problemas hoy en la baja reportabilidad o lo que se conoce como cifra oscura. Si no hay denuncia pareciera que no pasa nada. Sin embargo, puede esconder un mar de acciones delictuales que dejan en la impunidad a sus protagonistas y en la indefensión a comunidades completas.

El problema del narco es que permea en la sociedad, no solo a través de la venta de sus productos y servicios, sino que logra generar confianzas a lo largo y ancho de ella, siendo atractiva para el ingreso de niños y jóvenes a sus filas. Hoy la política sigue anclada en la vieja disputa izquierda/derecha, olvidando que en el centro de la actividad está la necesidad de actuar en razón a las leyes, restringiendo con ello a aquellos que pretenden saltarse la fila o lisa y llanamente corromper las instituciones.

Sí. Corromper la sociedad. El narco no es solo el que pone el dinero para invertir en el mercado ilegal. Es el que provee el insumo, que puede ser extranjero o nacional (hemos visto las acciones de PDI y Carabineros en comunas como Ercilla). Es el que provee la logística, como las que se han desbaratado en el peaje de Púa en la comuna de Victoria. Son las redes locales y los microtraficantes. Son los palos blancos y los que lavan el dinero obtenido, en base a la compra de propiedades o la instalación de negocios. Pero es también la corrupción y cuando llega esta hasta las autoridades políticas, es porque ya ha hecho metástasis. Es a esto ha lo que se tuvo que enfrentar el Fiscal Giovanni Falcone a fines del siglo pasado en Italia y que le costó la vida. Narcos vinculados a políticos, jueces, policías y grandes empresarios. Como escribe Saviano, en su libro sobre Falcone Los Valientes Están Solos (Anagrama, 2024), la lucha contra el narco (la mafia) es por el orden, la seguridad y por sobre todo, por la justicia. 

Pero volviendo a nuestra realidad de comuna turística. Debemos denunciar al narco. Para ello uno se puede dirigir a Carabineros y la PDI, o denunciar a través de un formulario en el sitio de web de Fiscalía. Pero claro, uno debe dejar su nombre y con ello exponerse a represalias (aunque existen mecanismos para la protección de víctimas y testigos que se deben implementar). Pero también existe la denuncia anónima a través del *4242 o en línea en www.denunciaseguro.cl Doy fe de su profesionalismo y efectividad. Lo importante es contar con información clave a entregar ¿Quién se dedica al narcotráfico (nombre o apodo)? ¿Dónde? ¿Cuándo? y bueno, si se tiene más información, mejor. Hoy en día incluso hay municipios a través de sus direcciones de seguridad pública  que están invitando a los y las vecinas a acercarse a sus oficinas para ayudar a denunciar por el programa “Denuncia Seguro” y con éxito. 

Cualquier tolerancia al narco es comida para hoy y hambre para mañana. Pablo Escobar pudo haber dado mucho a los barrios, pero los vecinos debían bailar a su ritmo, de lo contrario, sufrían las consecuencias. No es la idea exponer a las personas o crear héroes. Si la idea es promover una comunidad sana y estable, que es el origen mismo de la palabra seguridad. 

*Francisco Vega Duarte es Licenciado en Ciencia Política UC.; Magíster en Gobierno y Sociedad UAH y Ex Coordinador Regional de Seguridad Pública en La Araucanía.