Editorial
¿Qué pasa en el Daem?

A principios de semana conocimos el caso de la madre que denunciaba una violación de su hija de 12 años en el colegio de Carileufu. Y el tema, obviamente, causó revuelo e impacto por tratarse de un hecho que habría ocurrido al interior del establecimiento. Y si bien hay elementos que indican que existía una relación previa entre los protagonistas de la historia que de ser cierto podría, incluso por la edad de los involucrados (12 y 14 años), no ser delito; sí quedan una serie de dudas en el aire. Entre ellas, lo laxo de los resguardos y protección de los estudiantes en horarios de clases o cómo se abordan situaciones de este tipo o se generan políticas y protocolos de prevención con el objetivo de aminorar o evitar consecuencias negativas. Y todo esto se vería amplificado en el caso de probarse que hubo forzamiento en la relación tal como lo plantea la progenitora.
Pero la denuncia de la madre viene a sumar sobre otros hechos que generan dudas al interior de la Dirección de Administración de Educación Municipal (Daem). Basta recordar la polémica generada por la contratación como asesor y lobbista de Alfonso Niemann. Esto último, pese a que los concejales ya habían rechazado en enero su incorporación al municipio. Luego de exponerse la situación y las publicaciones que ligaban a Niemann a la cuestionada fundación que llevaba trabajadores a Nueva Zelanda; el asesor presentó su renuncia a partir de diciembre.
Pero los problemas siguieron. Y en la última sesión del concejo municipal del pasado miércoles vimos como los ediles rechazaron el Plan Anual de Desarrollo de la Educación Municipal (Padem) 2024. El documento es considerado como el mapa que direcciona el accionar de los departamentos de educación en las municipalidades chilenas. Y en el caso de Pucón, según los mismos concejales, venía con problemas estructurales, de contenido y de forma como faltas de ortografía que hacían imposible su aprobación. Y si bien ahora falta el saber con certeza sobre qué elementos se va a trabajar el próximo año; los argumentos esgrimidos por los ediles son tan profundos que ameritan una reflexión interna que permitan transparentar responsabilidades y que, en definitiva, alguien se haga cargo del desaguisado.
Pero más allá de los casos particulares, todos los elementos conocidos y publicitados nos alertan y muestran señales de que algo no está funcionando bien al interior del Daem. Hay demasiadas aristas abiertas en un organismo que es clave para el desarrollo de nuestra comunidad y es vital que se intervenga para recomponer y reparar lo que se está haciendo mal. Nuestros niños y la educación que reciben son demasiado importantes como para que estén en manos de quienes no dan el ancho para ocupar cargos tan relevantes (a todo nivel). Es necesario corregir y hacer los cambios que se requieren. Aún es tiempo.