Opinión
Gestores territoriales y el desafío de no ceder a la tentación
*Por Daniel Candia

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No es necesario ir tan lejos de nuestra comuna para encontrar municipios que implementaron sistemas de coordinación territorial. Es el caso de la capital regional, Temuco. Esto con un objetivo bastante claro que es el de descentralizar la administración local, lo cual a todas luces representa un desafío que no solo están emprendiendo las comunas, desde la unidad más representativa y cercana a los ciudadanos, como lo es la Municipalidad, si no que la descentralización, representa un desafío que a estas alturas enfrentan todas las democracias latinoamericanas modernas, como lo es la Chilena.
En ese sentido, parece ser que el sistema de coordinación territorial, recientemente planteado por el alcalde Sebastián Álvarez es, al menos, interesante, ya que propone un modelo de gestión distinto al que la mayoría de las municipalidades actualmente utilizan. Y es, sin lugar a dudas, algo a lo que hay que prestar atención. Sin embargo, como todo gran desafío, no está exento de dificultades y, en los hechos, está rodeado de distintas problemáticas que vale la pena plantear desde ya. Una de ellas, es la elección de aquellas personas que ejercerán la labor territorial. No solo porque en la administración pública debieran estar siempre aquellos que de mejor manera puedan afrontar el desafío, sino porque además, es de toda lógica pensar que la vinculación directa con la ciudadanía, desde lo más profundo de los territorios genera una vitrina única, que cualquier actor político quisiera aprovechar, por lo que pareciera ser aún más relevante, entregar dicha posibilidad a las personas correctas.
Pero no debemos confundirnos, ya que en sí mismo no es negativo que se pueda aprovechar la plataforma de la coordinación territorial para mostrar los atributos políticos y dirigenciales, pero nunca se debe perder el foco principal del proyecto. Y esto es servir a la comunidad a través de sus organizaciones sociales.
El problema planteado se torna complejo cuando el objetivo de descentralizar y acercar a la comunidad al municipio corre el serio riesgo de no cumplirse, precisamente por la tentación casi irresistible de un actor político —como lo es en definitiva un coordinador— de caer en el personalismo y de utilizar la plataforma ya no con fines comunitarios, si no que como una forma remunerada de hacer campaña, lo que evidentemente lo distrae de su objetivo primordial, lo cual va en directo desmedro de la comunidad.
Ahora bien, nada nos podría hacer pensar que dicho problema no ha sido analizado por las autoridades comunales, sobre todo si consideramos que precisamente en dichas autoridades radica el centro de la actuación y figuración política (figuración en el mejor sentido de la palabra), por lo que debiésemos, en principio, confiar en que no solo los filtros fueron correctamente diseñados por el municipio, sino que además, desde ya están planteadas las formas de corregir y sancionar a aquellos coordinadores que se aparten de sus objetivos, lo cual esperemos no ocurra, y que cada uno de ellos esté a la altura del desafío de no caer en tentadores personalismos.

*Daniel Candia es abogado, magíster en Gestión Pública Municipal y exabogado de Bienes Nacionales y la municipalidad de Pucón.