Editorial
Navidad: el que nació para morir

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Es Navidad y en medio del ajetreo de las compras navideñas, de la cena, de la expectativa de los regalos, del aumento del comercio y de la preparación del verano en nuestra comuna, desde esta humilde redacción queremos invitarte a pensar más allá. Celebramos que Jesús nació para morir. Así fue. El propósito de la venida de Jesús fue morir en la Cruz del calvario para ocupar en un acto vicario (sustituto) el lugar de cada ser pecador que se arrepiente de su pecado y así puedan ser librado de la condenación en que nacemos cada alma sobre la faz de la tierra.
El mundo que conocemos, los homicidios, los robos, la violencia, el orgullo, la mentira todas ellas son reflejo de una naturaleza humana esclavizada al pecado que es imposible para el hombre librar. Por eso vino Jesús ( que significa el que salva) para salvar a cada hombre de su pecado y así puedan reconciliarse con el Dios que le creó.
La Navidad, aunque con un fundamento histórico y cultural cuestionable desde la óptica cristiana, es una oportunidad para mostrarle al mundo su estado de depravación y su necesidad de ser salvados. Esta semana vivimos un crimen terrible en nuestra comuna. Dos personas fueron asesinadas y un tercero se salvó providencialmente. ¿Acaso esto no demuestra que lo que Dios dice respecto al hombre es verdad? Que “sus pasos se apresuran para derramar sangre”. La condición de depravación del hombre es una doctrina que se predica todos los días al abrir los ojos y ver el mundo en que estamos. Pero al creer en Cristo está realidad puede cambiar, porque no sólo promete la salvación eterna de tu alma sino una transformación presente (hoy) para dejar de amar aquello que Él mismo odia.
El celebrar el nacimiento de aquel que murió hace 2000 años es el mejor momento para ser consciente de que nosotros pasaremos, pero la verdad de Dios, sus advertencias y sus promesas siguen en pie. Aún estás a tiempo de creer.
NdR: Si quieres seguir escuchando sobre este tema, puedes contactar a personas de la Fundación Metanoia a [email protected]