Cartas al Director
Vida Nocturna en el centro de Pucón: “Welcome to the Jungle”
(Imagen generada con IA)

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Sr. Director:
Escribo este texto a modo de llamado desesperado a nuestras autoridades, solicitud de empatía a la comunidad puconina, etc., pero también como reflexión sobre el cambio que ha experimentado nuestra querida comuna o “pueblito sureño”, para transformarse lamentablemente en una especie de limbo entre una ciudad de descanso y turismo y una metrópoli estilo gran Santiago o Temuco en su defecto.
Bueno, sea como sea, o como cada uno lo quiera interpretar, este cambio ha significado efectos colaterales para los habitantes más antiguos (por no decir viejos) de Pucón, en especial aquellos que habitamos (y tratamos de dormir) en el sector central. Lo anterior debido a que este “crecimiento” o “desarrollo” que ha tenido nuestro pueblo ha significado la aparición de numerosos centros de recreación nocturnos, llámese “pubs”; los cuales astutamente obtienen sus permisos como un simple y apacible restaurante, pero que luego se transforman o mutan a otro tipo de actividades comerciales, entre las que tenemos: fábrica de curados, karaokes infernales, jueves femeninos sin desenfreno, y un sinfín de novedosas ideas de entretención, donde aparece la creatividad de los “emprendedores” quienes tratan de maximizar la rentabilidad de sus negocios.
Sin embargo, este “legítimo” derecho a “emprender”, se enfrenta al también “legítimo” derecho de la comunidad y residentes del sector central a llevar una vida tranquila, principalmente en los horarios donde se debe conciliar el sueño u obtener su “legítimo” descanso (recordemos que dentro de estos residentes se tienen adultos mayores, niños, trabajadores que deben madrugar, etc.), lo cual no obstante resulta claramente incompatible con la existencia de los antes señalados “centros de entretención nocturnos”.
En este sentido, cabe reflexionar qué o quién va primero, la tranquilidad de los vecinos o la existencia de lugares de esparcimiento nocturno sin control. Bueno, esa respuesta no debería tener ni siquiera un matiz de duda, al menos desde el sentido común, sin embargo, parece que el crecimiento explosivo de nuestra comuna está dando una respuesta contraria y esta “lucha descarnada” entre vecinos y emprendedores nocturnos está siendo ganada de forma constante y creciente por el carrete nocturno, por los ruidos sin límites, por las peleas de curados, por los autos tipo “Rápido y Furioso”, y otras situaciones que no vale la pena detallar (tampoco puedo poner un meme o sticker para expresarlo).
En síntesis, la pelea la está ganando el carrete sin control, los vecinos y su tranquilidad “se fueron a las pailas”. Las esperanzas de tener un descanso renovador ya parecen lejanas, ¿por qué? Se preguntará usted, porque lamentablemente las leyes y ordenanzas que regulan este tipo de actividades son burladas con astucia. Se prefiere pagar un parte que bajar los decibeles, porque las fiscalizaciones no pueden ser realizadas a diario, o porque los fiscalizadores (carabineros, inspectores municipales, medio ambiente, etc.) no dan abasto; o porque las autoridades, aunque son conscientes del problema, tienen preocupaciones más urgentes, lo cual también es válido.
Pero, si realmente se pensara a Pucón como un destino turístico de alto estándar (que es lo que me atrevo a decir que la mayoría quiere) y por ende las reglas se respetaran; ni siquiera se pondría en duda quien tiene la razón sobre cúal “legítimo” derecho va primero y todo fluiría con mayor normalidad. Bueno, a nivel país no dista mucho la cosa, “por algo estamos como estamos” dice el dicho….. y ojalá el título de esta reflexión no empeore y del “Welcome to de Jungle” (bienvenido a la jungla) pasemos del “Welcome to the Hell” (bienvenido al infierno). Dios nos guarde.
Atentamente.:
José Jara S., vecino del centro de Pucón, agobiado por los ruidos molestos.