Arquero Paulo Garcés entrega testimonio sobre violento intento de robo en restaurante de camino a Villarrica

• El golero, avecindado en Pucón, hizo un completo relató sobre el momento que vivió la noche del jueves. “Si no paramos esta delincuencia vamos a terminar todos encerrados como una cárcel”, dice y agrega que se salvó sólo porque estaba con su hijo más pequeño en brazos. 

El arquero internacional, actualmente en Deportes Valdivia, Paulo Garcés, sufrió un intentó de robo la noche del pasado jueves. Y usó sus redes sociales para relatar en primera persona los complejos momentos que vivió luego de salir a comer junto a su esposa y tres de sus hijos en un restaurante ubicado entre Pucón y Villarrica. Dice que se salvó de un ataque más violento sólo porque estaba con su hijo menor de dos años en los brazos. “Creo que le di un poco de pena al tipo (delincuente).

“Nunca hago un en vivo tan tarde pero creo que la ocasión lo amerita. Hemos tenido distintas cosas y percances (sufrió una grave lesión en un brazo)”, dice, quien se vino a Pucón para, según él, buscar una mejor calidad de vida. “Nos pasó algo super complicado. Hoy tuvimos que salir todo el día de la casa porque estuvimos sin luz y no teníamos cómo cocinar y hacerle la papa a Valentino. Nos fuimos como a las siete para poder cenar”, sigue el testimonio.

Garcés continúa con la historia y sostiene que a eso de las 20:30 sale del restaurante para dejar un bolso en su camioneta. Cuando vio que al lado de su vehículo había un auto con los intermitentes puestos. No le dio mucha importancia, según él, pero estaba a punto de sufrir una ingrata experiencia. Dice que de ahí volvió al local para buscar el coche y al resto de su familia. Cuando vuelve, con el bebé en brazos, se encuentra con lo que en realidad pasaba: “Bajo con Valentino hacia el auto y veo que la puerta estaba abierta y pienso ‘que raro dejé la puerta abierta’ pensando en voz alta.Me acerca a la camioneta veo que un tipo sale de mi camioneta. ‘Me están hueviando’, dije. Que esté yo con Valentino en brazos y Paulo y Benjamín (sus otros hijos) al lado. Y le digo ‘qué haces dentro de mi camioneta’ me dice ‘es que me equivoqué’. Y le digo ’qué te equivocaste huevón, qué haces dentro de mi camioneta’”. 

De ahí las cosas se pusieron más complicadas. El delincuente sacó un arma. “Me sacó un fierro y el fierro no sé lo que era porque estaba oscuro. Si era un cuchillo o un destornillador no tenía idea, pero tenía filo. Obviamente me tiro para atrás y el tipo se sube a la camioneta (se refiere al vehículo en el que andaban los delincuentes) rajan y se van”, dice y agrega: “Después de eso le grito a mi señora que venía con el coche muy asustada. Se fueron, pero trataron de robar la camioneta porque estaba rota por dentro (…) trataron de robar algo de adentro y trataron de sacar la silla de Valentino que la silla de seguridad del niño y tampoco pudieron”.

Garcés hace un análisis más profundo de la situación y asume que la delincuencia está disparada en todos lados. “La delincuencia es una locura. Está en todos lados. A las siete u ocho de la tarde es una locura. Sólo decirles y contarles que ha sido un semestre duro y de muchas cosas y entre lo malo y lo bueno seguimos juntos”, dice y agrega: “De verdad que uno no se puede callar más. Hay mucha delincuencia. Paremos un poquito. Los mandamás del país que hagan algo. Si no estoy con Valentino esto no lo estoy contando. Creo que le di un poco de pena al tipo por estar con mis hijos al lado no me apuñaló o me pegó. Habían cinco tipos de una camioneta y una mujer, incluso, si se hubiesen bajado todos me hubiesen dado una paliza. Gracias a Dios estaba con mis gordos y no pasó a mayores. El susto terrible y ahora recién caigo que me hubiese pasado algo más grave”.

Al final, el “Halcón” hace una última reflexión: “Si no paramos esta delincuencia vamos a terminar todos encerrados como una cárcel y los que tienen que estar en la cárcel no están. Paremos con la puerta giratoria”.

El relato del “Halcón”