Editorial
Lo que queda tras el “Caso Niemann”
Durante la semana se ventiló una nueva polémica entre la municipalidad y los concejales. Se trata de la contratación del asesor (también gestor de intereses, popularmente conocidos como lobbista) Alfonso Niemann por parte del departamento de Educación en el mes de mayo de este año; pese a que en enero el concejo municipal le había cerrado la puerta a su incorporación.
La controversia se profundizó cuando se conoció los nexos que el asesor tenía con la fundación Abroad Global Charitable Trust, la que se ha visto envuelta en una controversia que está en manos de la fiscalía y la Dirección del Trabajo tras denuncias de personas que fueron llevadas a Nueva Zelanda con promesas laborales que después, según los denunciantes, no se cumplieron.
Y más allá de que Niemann negara tajantemente la relación con la fundación —a pesar de haberla representado en reuniones de lobby con el Estado— y que desde Abroad Global anunciaran acciones judiciales en contra de quienes los denuncian; luego del episodio quedan de manifiesto algunos elementos que complejizan las relaciones y confianza entre la administración pública y los concejales. Y de alguna forma, hay un efecto secundario que hace que también la credibilidad de nuestras autoridades frente a la opinión pública se vea lesionada.
Lo anterior porque da la sensación de que en la dirección de Educación, de alguna forma, pretendieron saltarse —entre gallos y medianoche— la normal fiscalización de los concejales. Y aunque la contratación haya sido ajustada a derecho (algo que deberá precisarse) hay un costo político y de legitimidad importante que pareciera no importar a la hora de tomar decisiones. Y eso no sólo es malo para quien dirige a la comuna, sino que también para todos los que vivimos en ella.
Por lo mismo, el llamado es a cuidar las formas, que en el mundo público son tan importantes como el fondo. A la administración de Carlos Barra le queda un poco más de un año. Y sería bueno que en ese año se eviten este tipo de desprolijidades. Nos parece que como comunidad necesitamos una salida del actual alcalde con el menor ruido negativo posible. La casa debe parecer y estar ordenada. Pucón no se termina en diciembre de 2024 con el cambio de mando comunal. Hay un futuro que debemos recorrer juntos y ese camino debe estar con la menor cantidad de baches posibles.