Opinión
Campañas de plástico
*Por Daniela García M.
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Tiempo de campañas: tiempo de contaminación y marketing. En un país donde la confianza en la política está en crisis, cabe preguntarse: ¿qué rol cumplen las campañas en fortalecer, o debilitar nuestra democracia?
La sociedad es cada vez más visual, instantánea e individualista, por lo que no es difícil concluir que una buena foto, acompañada de un eslogan pegajoso tendrá impacto en las urnas de ciudadanos obligados a votar. Luego están las frases y discursos pre planificados, cargados de promesas que nadie verifica ni se preocupa de hacer seguimiento. Todos lo saben: las promesas son parte de la ecuación electoral.
Y lo que queda en el olvido es la esencia misma de la democracia: el debate de ideas, el consenso, la escucha activa y la capacidad de gestionar lo común como son el espacio público, la educación, la salud, la vivienda, la seguridad, etc. La mente humana se deja seducir por las primeras impresiones. Pero, ¿es suficiente eso para confiarles una responsabilidades de tal magnitud?
Más preocupante aún es que si sólo valoramos la imagen, los videos de un minuto o los reels de segundos, también coartamos nuestra capacidad de atención, de pensamiento crítico y de asumir responsabilidad por nuestras posturas ideológicas. Entonces, cabe preguntarse: ¿qué pasaría si eligiéramos con los “ojos cerrados”? Estaríamos obligados a analizar contenido, escuchar debates de dos horas, revisar currículums, leer propuestas y asumir la responsabilidad de informarnos. Esto también forzaría a los candidatos a proporcionarnos información sustantiva.
Pero además de democracia tenemos que hablar del plástico. Todo el país cubierto de plástico impreso con rostros y slogans. Las calles con papelería llenas de químicos, mientras se promete sustentabilidad. No basta con decir que se reutilizará en acciones benéficas ¿Por qué no usar ese dinero directamente en acciones benéficas? ¿Qué pasa con las imágenes vandalizadas? ¿Alguien las repara?
Este año, en Pucón, tenemos una cantidad enorme de candidatas y candidatos, y nuestra ciudad está repleta de publicidad. Habiendo participado en dos campañas, entiendo la necesidad de mostrarse. Sin embargo, como sociedad, debemos repudiar este nivel de contaminación. Cuando fui candidata imprimí solo en papel biodegradable con semillas pero también dejé dos gigantografías que, aunque están siendo reutilizadas, permanecerán en la tierra por siglos drenando microplásticos. Si yo dejé dos, ¿cuántos rostros de plástico quedarán después de esta elección?
¿Será Chile un mejor lugar después de esta elección? ¿Más limpio? ¿Con mejores líderes? Estas son las preguntas que deberíamos hacernos a la hora de votar.
*Daniela García M. es concejala en ejercicio y fue candidata en primarias del pacto oficialista “Contigo Chile Mejor.