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Los palos del puente II: Rubén Zapata se defiende y entrega su versión del conflicto
El jefe de viaductos municipales asegura que existe una división en la junta de vecinos y que las vigas de eucalipto que instaló eran provisorias hasta que el próximo verano pusieran las de madera nativa donadas por los vecinos.
Rubén Zapata, jefe de mantención de puentes de la municipalidad, quiso entregar su versión respecto a la nota titulada “Río Blanco: los palos del puente”, publicada por La Voz…, la jornada de este jueves. Asegura que existe un mal entendido que, según él, se produce probablemente por los problemas internos de la directiva de la junta de vecinos de Río Blanco. La secretaria de esa unidad vecinal rural, Karina Albornoz, sostuvo el martes en el concejo municipal que Zapata se había negado a usar seis basas de madera nativa que la comunidad había donado para el puente y que, posteriormente, se argumentó que se usarían para hacer tablones que se traerían a Pucón.
Zapata explicó a La Voz…, que no usarían las basas por la imposibilidad que tuvieron durante la temporada de verano para bajarlas de donde estaban (en un cerro a un poco más de 500 metros del lugar de uso). Por lo mismo, decidieron usar seis varas de eucalipto como base del puente. Este material fue traído —con bastante esfuerzo, explica— desde Pucón, pero que serían transitorio, ya que el próximo verano bajarían la madera donada por la comunidad hasta el puente para cambiarlas por la de eucalipto (de menor calidad que las nativas).
“No teníamos la capacidad técnica ni mecánica. No teníamos la maquinaria para poderla arrastra, fue imposible bajarlas. Las personas que podían haberlo hecho de Pucón nunca estuvieron disponibles en la época de verano, que era la mejor época. Por lo tanto, optamos por llevar vigas de acá, que eran un poco más delgadas, pero resistentes. Y el puente quedaba provisoriamente”, sostiene Zapata, quien agrega que la idea final es que el ministerio de Obras Públicas (MOP) pudiera ejecutar un puente definitivo en algunos pocos años con vigas de acero permanentes: “Llevamos las vigas de eucalipto pensando que se nos venía el invierno y no íbamos a poder lograr la ejecución si seguíamos esperando las vigas de mayor diámetro que, obviamente, son pesadísimas y en el lugar que estaban, para nosotros como municipio, era inaccesible”.
Sobre la versión que apuntaba a que él solicitó las basas donadas para hacer tablones y traerlos a Pucón, Zapata lo descarta de plano: “La idea era el próximo verano bajar esa madera con los medios forestales que buscáramos, pero la idea era cambiar nuevamente las vigas que nosotros llevamos en forma provisoria y dejar las otras (las donadas) de forma definitiva. Esa era la idea”.
Zapata asegura que él siempre se entendió con el presidente de la junta de vecinos, Francisco Osorio, pero que la organización sufrió un quiebre. “Las condiciones también pasaron porque también nunca se pusieron de acuerdo en la unidad vecinal. Hubo una diferencia entre la secretaria (Karina Albornoz) y el presidente (Osorio). Nosotros siempre nos entendimos con el presidente. Él siempre hizo las gestiones en el municipio desde el año pasado. Él como presidente es la autoridad de la comunidad y el que representaba a los vecinos, pero la diferencia estuvo con la señora Karina, pero yo me mantengo al margen de eso”.
Sobre el por qué ahora sí se pueden bajar las vigas (así se explicó en el concejo del martes), Zapata sostuvo que es probable que la maquinaria sí esté disponible ahora.