
Mientras escribimos estas líneas en nuestro vecina Argentina hay una verdadera catarsis emocional. Su ídolo de la historia moderna ha fallecido, quien además de logros futbolísticos tenía a su haber hasta una propia religión, ha muerto. Su dios ha muerto. Y más allá de los altos niveles de irracionalidad que esto puede tener desde nuestro Chile, si nos parece da el pie para llevarnos a una reflexión.
¿Qué tan conscientes estamos en nuestra tierra, en nuestro Pucón, respecto a aquellos hombres que la han forjado y tanto han entregado por nuestra comunidad? Qué tanto amor, respeto o admiración tenemos por aquellos que en condiciones de vida completamente diferentes a las actuales sacaron adelante nuestra comunidad. Hoy es fácil mirar lo logrado y casi asumir que siempre ha estado así. ¡No señores! Bajo el Pucón que hoy disfrutamos está el esfuerzo, sudor inmenso de hombres y mujeres que han entregado mucho por nuestra comuna.
Debemos luchar contra la indiferencia y lograr evitar que esos nombres pasen al olvido. Esta semana falleció Servando Castillo Morales, el conocido hombre de las flores de madera. Tal como escribió nuestro periodista y editor su vida fue mucho más que esa conocida artesanía y cada puconino debiera saberlo y valorarlo. Desde esta sala de redacción queremos hacer un reconocimiento a todos los emblemas de Pucón, los vivos y los que ya no están, los Castillo, los Samur, los Eltit, los Huaiquifil, los Quiñenao, los Panguilef, los Garrido, los Sanzana (solo por nombrar algunos) y muchos más que no caben en estas líneas y queremos comprometernos como medio a hacer todo lo que está a nuestro alcance para mantenerlos vigentes. Trabajaremos en ello.