El eclipse y/o el verano

Cuando usted lea esta editorial faltará menos de un mes para el eclipse total de sol del 14 de diciembre de 2020. Es decir, el mega evento astronómico anunciado con bombos y platillos hace más de un año está a la vuelta de la esquina. Pero las condiciones cambiaron radicalmente a lo que se pensó en un inicio. Lo que iba a ser una inyección en la economía y un ingreso de recursos frescos en la previa del verano, con la pandemia, se transformó en un acto algo indescifrable y potencialmente peligroso por la posibilidad de aglomeraciones y propagación del virus.

Y, aunque hubo bastante tiempo para realizar una planificación en el contexto de la crisis viral y presentar un plan acotado y restringido para poder desarrollar la actividad; eso no pasó. O bueno, solo pasó al final con la reacción del gremios y la Universidad de la Frontera (Ufro) para desarrollar una propuesta de protocolo de destinos turísticos que, de implementarse, nos entregaría ciertas certezas sobre el desarrollo de un verano con moderada normalidad, pero sin el temor a cerrar el pueblo con una cuarentena fatídica que podría salvarnos de contagios, pero no de la “muerte” de la industria local.

Pero el punto es qué hacemos con el eclipse. Esto, porque si atendemos a las palabras de la ex directora de Salud, Vivianne Galle, es prácticamente imposible (por tiempo) aplicar los protocolos de destino para el eclipse. Es decir, corremos el riesgo de un evento masivo con poco control que podría disparar nuestros niveles de contagio del virus, tal como ocurrió en Fiestas Patrias y que nos tuvo un octubre muy complejo, con cuarentenas de fin de semana y a pasos de un confinamiento total. 

Por lo mismo es necesario poner sobre la mesa y, a lo menos, discutir la posibilidad de cerrar Pucón para el eclipse y evitar así aumentar los niveles de propagación del Covid-19. Esto, porque si bien estos tres o cuatro días de aumento de gente y posible bonanza económica nos podrían traer beneficios en el corto plazo, en el mediano o largo plazo podrían significar una debacle que nos guíe al precipicio de una cuarentena. Por lo mismo, desde esta tribuna hacemos un llamado a nuestras autoridades y actores relevantes (incluyendo a la gente de la Salud) a plantear y discutir el tema con responsabilidad. No vaya a ser que por un eclipse único a nivel mundial, hipotequemos una temporada de verano 2021, la que en el fondo es la verdadera tabla de salvación para el comercio local. Y una temporada de verano, por cierto, con protocolos de destinos aplicados y validados con una comunidad completa.