Editorial
Felices 75 años chicos buenos
Si les dijéramos que existe una agrupación de personas que está dispuesta a arriesgar sus vidas por proteger la propiedad de otros, que invierte con sus propios recursos para que otros puedan disfrutar de los propios y que inclusive postergan sus propios ingresos para que los ingresos de otros no se pierdan. Suena casi surrealista si supieran que no estamos hablando de las Carmelitas Descalzas, ni de la la agrupación de Sor Teresa de Calcuta. Es algo mucho más cercano y de tiempo en tiempo nos olvidamos de la importancia y el valor que hay tras de su trabajo por nuestras comunidades.
Nos referimos a los Bomberos de nuestro país y principalmente a los de nuestro querido Pucón, que esta semana celebraron los 75 años de formación. Por medio de esta editorial queremos reconocer y celebrar su irremplazable rol al cuidado de nuestros bienes y de la vida, a veces, no pocas veces, hipotecando su propia integridad por hacerlo. Y eso es algo que no debemos de olvidar.
Destacamos que en los últimos años han realizado un esfuerzo considerable por la profesionalización de su función, invirtiendo intensamente en preparación, entrenamiento, formación y equipamiento. Todo apuntando a poder convertirse en una función profesional, aunque sin perder el carácter voluntario de su actividad. Hasta en eso son un ejemplo. Mientras la mayoría busca poder acceder a una función laboral que permita percibir un ingresos, muchos bomberos, que dedican tanto o más tiempo que a sus propios empleos a esta función, se resisten a recibir una remuneración por su quehacer, porque consideran que el alma bomberil está pegada a la gratuidad de su trabajo y eso no debe perderse. Un gran ejemplo para todos aquellos que mercantilizamos hasta el alma y mucho más.
De parte del equipo tras de este medio queremos reconocer su función y su compromiso y enviarle un afectuoso saludo al Cuerpo de Bomberos de Pucón, quienes este 3 de octubre han celebrado los 75 años de historia al servicio de los puconinos. Les agradecemos por su entrega y valoramos su dedicación.
Además, queremos invitar a la comunidad a nunca perder de vista el encomiable aporte que nos entregan como sociedad y a reconocerlo cada vez. También creemos que es necesario que como Estado nos comprometamos a poder subsanar las falencias y que, al menos, puedan contar con equipamiento de punta para cumplir su función. Este es el desafío más inmediato que ya no puede esperar más.