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Suspenden momentáneamente construcción de reja que reactivó el conflicto entre familias Eltit y Quiñenao
La disputa desencadenó en los últimos días una serie de denuncias cruzadas por agresiones y abusos de poder que han puesto en rojo al sector Tres Esquinas de Pucón. Pero la conflictividad existente, más allá de la reja que genera el problema, podría estar lejos de una solución, a menos en el corto plazo.
El conflicto entre dos de las familias más emblemáticas de Pucón sigue escalando. Esto, porque tanto los Eltit como los Quiñenao están lejos de llegar a puntos en común por un cerco de 150 metros que los primeros planean construir en un deslinde de un terreno ubicado en el sector Tres Esquinas. El paño, de cerca de 70 hectáreas, está legalmente a nombre de la familia dueña de la cadena de supermercados local, pero que es reclamada por los Quiñenao con el argumento de que fueron adquiridas en los ‘70 de una manera no ajustada a derecho. Y el problema se reactivó estas últimas semanas, tanto así que existen una serie de denuncias cruzadas por agresiones, lanzamiento de bombas lacrimógenas a menores y mujeres y una causa abierta por Carabineros por daños, luego de que algunos miembros del Lof Marta Cayulef, organización territorial donde se agrupan los Quiñenao, lanzara aceite quemado (frío) a un oficial. Con todo, según se supo, los trabajos están suspendidos por el momento para —de acuerdo a la versión entregadas por ejecutivos de la empresa de retail de los Eltit— proteger a los trabajadores. Esto, aunque existe una medida de protección decretada por la fiscalía local, lo que posibilita la presencia policial en el terreno.
Pero el conflicto tiene varias aristas abiertas por ahora. La primera es la disputa territorial argumentada por los Quiñenao. Según el werkén (vocero) del lof, Carlos Quiñenao, su abuelo Antonio Coliman Cariman negoció con el patriarca de los Eltit (Luis), parte del terreno que poseía en el sector. El punto es que para los Quiñenao el negocio nunca fue válido. “Él (el abuelo) tenía una amistad con este hombre Eltit y mi abuelo, un hombre de 84 años, analfabeto que no sabía leer ni escribir, el empresario lo engañó y se apoderó de sus tierras. De un día para otro le dijo que las tierras eran de él y que se las había pagado en mercadería”, explicó Carlos Quiñenao a La Voz….
El punto es que, según señalan desde las empresas Eltit, efectivamente las tierras fueron compradas, pero se pagaron de manera legal. Agregan, además, que existe un juicio con fallo en el año 2001 que así lo refrenda. Por lo mismo, aseguran que no existe un problema legal por la propiedad. Desde los Quiñenao retrucan en torno a que están en un proceso de recurrir a organismos internacionales para recuperar el paño que ellos consideran de su propiedad ancestral.
Otro elemento que es necesario observar en el conflicto pasa por la valoración espiritual que los Quiñenao le entregan a ese territorio. Para ellos, hay varios sitios ceremoniales e, incluso, un cementerio indígena. “A nosotros nos están imponiendo este cerco de fierro de más de dos metros (de alto) que después van a electrificar para que nosotros no ingresemos a nuestros sitios de significación cultural. Se vulneraron todos los derechos nuestros”, explicó la lonko (líder) Rosa Quiñenao. Sobre el punto de la espiritualidad, desde la empresa Eltit sostienen que se han realizado una serie de estudios antropológicos de Bienes Nacionales e, incluso, de la PDI (Policía de Investigaciones) que descartan la presencia de sitios ceremoniales o un cementerio.
Por ahora la disputa está en un punto muerto debido a que no existe —por ahora— la posibilidad de llegar a un acuerdo en el desarrollo de una propiedad que tiene un potencial aún indeterminado generado por la presión inmobiliaria local y la posibilidad de que el crecimiento de la ciudad sea hacia ese sector en una eventual modificación profunda del Plan Regulador Local.