Actualidad
La compleja y tensa jornada que se vivió en la municipalidad por propuesta de nueva planta
Observaciones de forma de Contraloría desencadenaron una crisis que tiene a los funcionarios sin saber qué pasará con el proyecto que prometía una mejora en sueldos.
A las 19:30 horas de este jueves, luego de una tensa e improvisada reunión, todo parecía estar en un punto muerto. El alcalde Carlos Barra salía de la sala de concejo muy contrariado. Minutos antes había encarado al concejal de su partido (RN), Cristian Hernández, para consultarle si cambiaría su posición de la sesión de la mañana, cuando la idea de zanjar las observaciones realizadas por Contraloría y seguir con el proceso de la nueva planta municipal que generaría 80 nuevos cargos en la administración pública local fue rechazada por una amplia mayoría de los concejales. Ante la respuesta dubitativa de Hernández, el alcalde salió con las manos levantadas a la altura de su pecho como si dijera “no hay nada más que hacer”. Pero Hernández terminó por ratificar que sí estaba dispuesto a cambiar su posición, a los segundos el alcalde volvió, pero todo seguía igual: faltaba el quórum necesario para que los concejales pudieran sesionar y cambiar lo que a primera hora fue un rechazo a la propuesta. Un rechazo con profundos ribetes políticos y una lectura compleja: de los cuatro votos en contra, tres eran del mismo partido que el alcalde (Julio Inzunza, Juan Matus y el mismo Hernández). A favor, paradójicamente, lo hizo quien se considera oposición al edil, el DC Omar Cortez. Raro, por donde se le mire.
Pero para entender la historia, hay que volver a la mañana del miércoles. Ese día ingresó la resolución de la Contraloría que incluía ocho observaciones a la propuesta enviada por la municipalidad a principios de octubre. La mayoría de ellas (el documento está al final de esta nota) eran observaciones de forma más que de fondo; pero para zanjarlas y aprobar su reingreso a Contraloría, debía pasar por el concejo nuevamente. Al menos así se interpretó desde el principio por los directivos de la municipalidad, aunque pasadas las horas no eran pocos los que cuestionaban que el tema ingresara nuevamente por ediles. “Si no cambiaba el fondo ni los recursos que se usarán, no entiendo por qué lo hicieron pasar por el concejo”, decía uno de ellos.
Y fue en la pasada por el concejo extraordinario que se citó para la mañana de este jueves que todo comenzó a enredarse. En el lugar estaban algunos miembros de la mesa negociadora, el presidente de la asociación de funcionarios, Patricio Ibáñez y la jefa de administración y finanzas, María Victoria Román. Además de Lorena Fuentes, quien expuso el tema en su calidad de Administradora Municipal subrogante. Pero los ánimos comenzaron a calentarse en con el correr de los minutos. Se empezaron a conocer acusaciones de diferentes índoles. Entre ellas, un supuesto arreglo de los cargos para algunos funcionarios, la eventual existencia de listas con escenarios probables en relación a la planta. El mismo Ibáñez acusó haber sido excluido de las negociaciones previas, lo que fue desmentido en el mismo lugar por otros funcionarios. Y, como si fuera poco, María Victoria Román también acusó que la dejaron de lado, pero que sin su firma en el documento final, no existiría una nueva planta. Es decir, todo era un caos. Y la discusión estuvo más cerca de situaciones y rencillas personales evidentes entre algunos funcionarios que los temas puntuales que planteados por la Contraloría. En definitiva, un punto muerto.
Y la votación de ese concejo de la mañana terminó de la peor manera para el alcalde Barra y para quienes querían darle una vía rápida a la planta municipal. Por cuatro votos contra tres perdió la propuesta de aprobar las observaciones realizadas por el organismo contralor. Como se dijo más arriba, a favor sólo estuvieron el alcalde, el también RN Natalio Martínez y el DC Omar Cortez. En contra los RN Cristian Hernández, Juan Matus y Julio Inzunza; además del PPD Juan Carlos Gallardo. Una derrota que también incluyó el componente político, ya que tres miembros de la coalición y partido del alcalde le dieron la espalda en una propuesta que él mismo buscaba aprobar.
Y Carlos Barra no ocultó su molestia. “Hay varios efectos que son preocupantes. Se mantiene una planta municipal tan estrecha que no nos permite contratar profesionales. Era ‘la oportunidad’ y ahora eso no sucedió”, sostuvo el edil, quien agregó: “Creo que no vamos a tener planta el 2019. Si es que se nos autoriza a hacer una nueva oferta y planteamiento. Hay que esperar eso”.
Pero las cosas se comenzaron a mover rápido después de la desazón del rechazo. Los llamados telefónicos se multiplicaron y ya pasados unos pocos minutos del mediodía había algo claro: se citaba a una nueva reunión de concejo extraordinario para las 18:30 horas. El alcalde Barra estaba dispuesto a jugarse una nueva opción de aprobar la propuesta. Pero no la tendría fácil.
A la hora indicada comenzaron a llegar los concejales. No todos, porque Inzunza y Gallardo anunciaron de antemano que no estarían. Cortez, en tanto, tenía un problema personal y sólo podría desocuparse a eso de las 20 horas. O sea, no había el quórum necesario para la sesión. Pero no sólo los ediles llegaron a la hora indicada hasta la sala de costumbre en el segundo piso del edificio municipal. También lo hicieron cerca de quince funcionarios quienes manifestaron su molestia por el freno del concejo. Y no tuvieron problemas en encarar a Cristian Hernández y a María Victoria Román. A uno por el voto y a la segunda por las aprehensiones que hizo públicas durante la últimas horas. Y si bien la sangre no llegó al río, los ánimos estuvieron un poco más arriba de lo normal. Luego de casi 30 minutos de conversación y discusión, finalmente el alcalde Barra le hizo la consulta a Hernández. Si estaba dispuesto a cambiar su posición. La respuesta alargada y algo dubitativa del concejal hizo que Barra saliera con las manos levantadas a la altura de su pecho (con el gesto de “no hay nada más que hacer”).
Pero el edil volvió a petición de los funcionarios, Hernández sostuvo que estaba dispuesto a cambiar su voto bajo ciertas condiciones; Juan Matus manifestó lo mismo, pero faltaba un concejal para sesionar. Así las cosas, decidieron alargar la duda para la mañana del viernes, ya que quedaron de reunirse a las nueve de la mañana. Es clave la presencia de Omar Cortez, ya que sumado a los otros tres concejales RN (Matus, Martínez y Hernández) daría el quórum necesario. Pero en este tema las dudas han sido más que las certezas. Sólo resta esperar, aunque no mucho, porque el tema debe estar con la luz verde de la Contraloría antes del 31 de diciembre. Si no se cumple ese plazo, la planta debe esperar al menos otro año. Y tal como se dice en el periodismo en tiempos de redes sociales, todo esta “en desarrollo”.