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Profesor Eligio Salamanca: “Salir de la zona de confort es difícil”

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El que fue considerado en 2016 como el mejor educador de Chile viene llegando de un viaje a Dubai en donde compartió un foro con el ex primer ministro británico Tony Blair y el ex presidente colombiano, Juan Manuel Santos, entre otros. Desde el Emirato volvió a la pequeña escuela rural de Quelhue desde donde comparte su experiencia.

El profesor Eligio Salamanca, quien en 2016 ganó el capítulo chileno del Global Teacher Prize (el mejor maestro del país ese año), viene llegando de Dubai en los Emiratos Árabes Unidos y allá le tocó una serie de actividades, entre ellas participar en el Foro Mundial de Educación y Habilidades, evento que tuvo como oradores al ex primer ministro británico, Tony Blair; y al ex presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, entre otros. Todo esto, a raíz del premio que ganó en 2016 y que, literalmente, le abrió las puertas del mundo. Más allá de lo que, confiesa, imaginó vivir como el maestro de la pequeña escuela municipal de Quelhue.

Y desde ese punto mira con atención el desarrollo educativo local y su propio crecimiento como profesional. Cree, firmemente, en la educación integral más allá de la funcionalidad de obtener conocimientos para fines específicos como, por ejemplo, el desarrollo económico. “En el ámbito profesional me ocurren dos cosas. Esto me ha permitido ver y conocer más la educación en el ámbito mundial. Es decir, ver cómo hay países con muchos recursos que hacen una educación más desenfocada de lo que uno entiende por educación que países más pobres y al revés también; países más pobres desarrollando iniciativas valiosas en educación”, dice quien fue el mejor profesor de Chile en 2016, para luego agregar: “La educación tiene distintos carismas. Hay distintos estilos, distintos perfiles y distintos fines o conceptos de educación en distintas sociedades. Hay algunas que enfocan más la educación en desarrollos de competencias para lograr un desarrollo básicamente económico para mejorar las condiciones de vida de la población; pero hay otros que desarrollan una educación más integral. Es decir buscan una convivencia más armónica. Buscan un desarrollo más pleno desde el punto de vista personal”.   

Y ante la pregunta sobre cuál es su apuesta en el tema o por qué modelo se siente más atraído, Salamanca no duda: “La segunda más que la primera. Ambas son importantes, pero cuando ves que un sistema como el nuestro se ha ido alejando un poco de la educación emocional y de toda el área que no es cognitiva, ya sea desde el punto de vista del desarrollo físico, emocional, artístico y cultural; uno echa de menos esa parte y siente que es necesaria una educación que recoja esa parte y también vaya en un camino mucho más completo de lo que es el desarrollo de una persona”.

El tema es que si bien Eligio Salamanca cuenta que en la escuela de Quelhue trata de promover y aplicar su visión de la educación, cuesta enfrentarse a un sistema estructurado y recargado para los profesores. “Trato siempre de entregar una educación más completa a los estudiantes y trato de que la escuela tenga ese sello de hacer una educación mucho más práctica y vinculada a las problemáticas que los estudiantes tienen. Un ejemplo claro y práctico en la escuela es enseñar a los estudiantes a resolver conflictos”, cuenta y agrega: “Uno esperaría hacer más, pero se encuentra con barreras como el tiempo que disponemos los profesores. Romper esta cultura de una educación que formalmente está avanzando en la línea que el sistema dictamina es difícil. Salir de la zona de confort es difícil”.

Salamanca cuenta que desde que su nombre se hizo nacionalmente conocido como el mejor profesor del país, la escuela de Quelhue y el modelo educativo que trata llevar a cabo a sufrido una alta demanda. Cuenta que funcionan al topo con cerca de 60 alumnos en total. Da la impresión que los padres quieren que sus hijos sean educados por quien fue considerado como el mejor profesor de Chile: “Eso tiene sus pro y sus contras. Normalmente cuando tú vas a un médico y no encuentras la solución con un médico, tú empiezas a consultar e indagar y normalmente te dicen ‘allá está el mejor médico’; y no es que yo crea que lo sea, pero si te dicen que está el mejor profe, los casos más difíciles te empiezan a llegar y es lo que nos ocurre. Han llegado casos difíciles. Y ahí la clave es el trabajo con la familia. Si la familia no participa no hay ninguna posibilidad de resultado”.

Por ahora la deuda, según él, es poder compartir su visión con sus pares locales. “No ha sido lo que a mi me gustaría. Hemos estado dos veces con profesores y también gestioné la visita de una profesora argentina que trabaja con diseño universal de aprendizaje con proyectos de integración escolar (…) ahora, es una tarea pendiente porque no depende sólo de mi. Yo puedo proponer, gestionar, pero hay un sistema que está estructurado. Me siento un poco en deuda con eso”, finaliza.

 

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