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Habla caso positivo que viajó sin conocer resultado del examen: “Estoy consciente de que cometí un grave error, pero no tenía otra opción”

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Se trata de un joven de 25 años, trabajador de la construcción en Santiago. Dice que decidió trasladarse porque quedó sin trabajo y sin un lugar donde vivir. Agrega que tuvo que dormir dos noches en las calles capitalinas y que hizo dedo desde Freire a Villarrica.

(La imagen es solo una gráfica de referencia producida por La Voz de Pucón).

La historia del último caso positivo por coronavirus en la zona es compleja y difícil. Como posiblemente muchas otras de chilenos que están luchando con el tozudo y potencialmente mortal virus que ha golpeado a la humanidad. Y el hombre, de quien no se entregará su identidad y solo se identificará la letra “A”, se atrevió a contar los detalles del por qué tomó la decisión de viajar, pese a tener pendiente el resultado de un examen para Covid-19, el que posteriormente salió positivo. Como base, A dice estar consciente de que se equivocó y que expuso a mucha gente por su decisión; pero que —como él lo ve— no tenía muchas alternativas.

“A” es un joven de 25 años que si bien es de la Zona Lacustre, se desempeñaba en los últimos meses en la construcción en Santiago. Y fue allá, en una obra ubicada en la comuna de La Florida de la capital, en la que se enteró del Covid. Dos compañeros salieron positivos para la enfermedad, por lo que los jefes decidieron que lo mejor era que los obreros se hicieran el test para detectar si eran o no portadores del virus. Por lo mismo, cuenta, él decidió tomarse el examen en el Cesfam de Lo Prado. “En la obra salieron dos positivos y eso nosotros lo supimos a la mitad de la semana y nos avisaron el domingo 19 de abril”, dice el joven que se desempeñaba como maestro pintor, quien agrega: “Yo me hice el examen el lunes 20”.

Y de ahí la historia de A comienza a complicarse. La obra paralizó las funciones por lo que quedó sin trabajo y la persona a la que le arrendaba una pieza en Lo Prado se la solicitó por temor a posibles contagios. Es decir, quedó sin trabajo y sin un lugar donde vivir. Además, con poco dinero en los bolsillos que lo pudieran sustentar. “No tenía donde quedarme y no tenía plata. Tenía que quedarme en la calle. En esa fecha no tenía síntomas y me sentía normal. (Del Cesfam) Me dijeron que tenía que esperar unos días y que me avisarían”, agrega en su relato.

A dice que pasaron los días y que no hubo respuesta. Además confiesa que tuvo que dormir dos noches a la intemperie. “Estaba prácticamente en la calle. Nos echaron de la pieza porque la señora supo que nos mandaron a hacer el examen. El miércoles y jueves tuve que andar dando vueltas en Santiago. Tuve que pasar dos noches por ahí”, y ante la pregunta sobre dónde durmió, la respuesta es dura: “Me quedé tirado por ahí. Tuve que dormir en la calle. Igual tenía harta ropa porque andaba con mi bolso. Eso pasó”.

Por lo mismo, el joven señala que tomó la decisión de viajar a Pucón porque las condiciones en Santiago para él, ya no eran soportables. Por lo mismo, el viernes 24 emprendió camino hacia el Terminal Sur de Santiago en la búsqueda de algún boleto. Y, si bien no encontró hasta el mismo Pucón, sí decidió tomar un Pulmann Bus hasta Freire. Por cierto, no hubo distanciamiento social al interior de la máquina. En Freire hizo dedo el sábado 25 de abril por la mañana y un vehículo —a quien no conoce— lo trajo hasta Villarrica. 

“A Villarrica me fue a buscar un tío porque lo llamé y le dije que no tenía plata para llegar hasta Pucón. Y él me llevó a la casa de mi hermana en Catripulli. Ahí estuve sin salir hasta el lunes, y el lunes fui a Llafenco (a la casa de otro familiar)”, recuerda y acota que todos los traslados los hizo con guantes, mascarillas y alcohol gel.

Y fue en este último lugar (Llafenco) donde se enteró que era positivo para el virus. Y ahí resolvió aislarse y tomar las medidas de seguridad que incluían el confinamiento. En este caso, en una habitación de la casa donde estaba en Llafenco: “De repente me llegó un whatsapp que era positivo. Igual me llamó un doctor y me avisó y yo ahí le conté de mi situación, que ya no estaba en Santiago y me dijo que contactarían con la gente de Pucón”.

Desde ahí la historia ya es conocida. Los médicos santiaguinos se contactaron con el departamento de Salud, ubicaron al paciente y decidieron llevarlo hasta el Hotel Frontera de Temuco, el que opera en este tiempo como residencia sanitaria. La idea era dejarlo en un lugar adecuado, debido a que donde estaba no cumplía con las condiciones. Además podía exponer a más personas. Sumado a eso, la fiscalía decidió abrir una causa por un eventual delito del artículo 318 del Código Penal, el que tiene relación con atentar en contra de la salud pública. A sabe que cometió un error y dice que está dispuesto a dar la cara.

“Estoy consciente de que tengo culpa. Yo sé que la cagué. Pero hay que dar cara. Yo cometí el error. Estoy consciente de que cometí un grave error, pero no tenía otra opción de dónde quedarme. Tengo que afrontar no más”, reconoce.

Por ahora, el joven dice sentir síntomas pequeños. Solo un poco de dolor de garganta. Mientras pasa las horas en la residencia sanitaria del Hotel Frontera. Al final hace una reflexión: “He tenido hartos problemas y por un problema más no voy a echarme a morir. De chico salí solo adelante. La vida sigue”.

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