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Incendio deja pérdidas por más de $100 millones: puconino pierde la inversión de más de 20 años de trabajo

Las llamas consumieron maquinaria y un galpón de 140 metros cuadrados. Se investigan las causas y la posibilidad de la intencionalidad. Labocar trabajó en el lugar, pero no hay indicios claros sobre el origen del fuego.

A eso de las cinco de la mañana de este viernes la alerta se disparó. Esto, porque un incendio se declaró en el sector de Quetroleufu y las llamas fueron implacables: en pocos minutos consumieron un camión, una retroexcavadora, un aserradero portátil y un partidor de leña, entre otras maquinarias. Eso, además de un galpón de unos 140 metros cuadrados con leña, madera y diferentes materiales. Es decir, una pérdida que supera más de $100 millones. El trabajo de más de 20 años de Sergio Bustamante (57), un mecánico de Pucón, quien logró juntar dinero para invertir y desarrollar su pyme. Todo eso quedó en nada y sin seguros para echar mano.
A las horas de que el siniestro se aplacara y mientras el equipo del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar) realizaba los peritajes de rigor, este trabajador local se dio tiempo para hablar con La Voz… y relatar lo que vivió en la madrugada. “Cuando despertamos ya estaba todo abrazado por el fuego”, cuenta Bustamante, mientras trata de analizar para entender lo que sucedió: “Uno piensa qué pudo haber pasado. Ellos (los Carabineros) andan viendo qué pudo pasar. No es algo de la corriente (electricidad) y la verdad es que no se sabe qué pudo ser”.
Sobre la posibilidad de que sea intencional, Bustamante (miembro de una congregación cristiana evangélica del sector) dice que no tiene problemas con vecinos o comunidades cercanas. Además de eso, hasta el cierre de esta edición, no habían elementos que apuntaran directamente a la intencionalidad, aunque esto último no se descarta: “No tengo problemas con nadie. Como tengo una retro (excavadora) cada persona que llega, si uno no puede cubrir un día de trabajo; lo hago al día siguiente. No hay una mala disposición con la gente. Teniendo uno estas maquinarias estás propenso a hacer el bien nada más”.
Sobre lo que viene ahora, Sergio dice que aún tiene sus manos sanas para poder trabajar junto a sus cuatro hijos y su esposa; y también espera la ayuda de la comunidad y vecinos para poder rearmarse y enfrentar la vida. “Lo que queremos ahora es sacar todo y después tengo que ir viendo cómo vamos a rearmar. Todo esto es escombro y no hay nada que sirva. La única esperanza es que Cristo me dio todas estas cosas y todavía mis manos están buenas. La esperanza está en Él no más”, concluye.