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Editorial

Las rutas de la muerte en Pucón

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Unas pocas horas antes de que se publicara esta editorial fuimos testigos, una vez más, de un trágico accidente de tránsito que enlutó a nuestra comunidad y manchó de sangre nuestras rutas. El punto es que, independiente, de las razones específicas que causaron la colisión mencionada en las cercanías del puente Liucura; queremos hacer foco en un tema recurrente, y complejo: lo deficiente de nuestra red vial que, a todas luces, se transformó en una especie de trampa potencialmente mortal y compleja de transitar (en el mejor de los casos).

Pareciera ser que, en este sentido, estamos en una especie de “tormenta perfecta”: esto por la sumatoria entre la poca o nula mantención de vías troncales y laterales que están en un nivel paupérrimo. Hoyos (cráteres) tapados con tierra que a la primera lluvia marcan para mal nuestro destino. Eso, sumado a que la carga vehicular (sobre todo en vacaciones) sobrepasó por mucho a la capacidad de las rutas; hacen que salir a ellas en nuestros autos sea una experiencia derechamente peligrosa. 

El tema es que en este sentido, nuestras autoridades actuales y las que vengan (especialmente las que vengan) deberían tener como principal foco el mejorar considerablemente nuestra red vial. Ya no se pueden poner excusas y soluciones parche o depender de la (poca) voluntad de Carabineros para colaborar en la solución de los problemas con los que lidiamos casi a diario. La verdad es que si bien valoramos las obras e infraestructura deportiva con la que cuenta (y contará) nuestra comuna; entendemos que es más relevante como ciudadanía tener vías seguras y vivir sin tacos que un gimnasio polideportivo tipo NBA o una piscina temperada. Lo ideal, sería tener todo, pero es necesario priorizar.

Desde esta redacción, desde ya, apelamos a todos quienes tengan intenciones de suceder a Carlos Barra en la alcaldía a que planteen sus ideas sobre este tema y, más importante aún, cómo piensan lograr sus objetivos. Tenemos un destino turístico de primer mundo con unas calles y caminos de un país del “cuarto mundo”. A saber, a estas alturas es prioridad número uno reactivar el proyecto de doble vía rotonda oriente – cruce a Curarrehue; cambiar el asfalto de las rutas a Caburgua y Curarrehue; mejorar y asfaltar la mayoría de los caminos rurales (incluyendo el que va al centro de montaña) y, por cierto, activar la doble vía entre Freire y Villarrica. Quizás es mucho pedir; pero es necesario terminar con las rutas de la muerte en Pucón.

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