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Las erráticas decisiones de las autoridades en la crisis volcánica por la Alerta Naranja del Villarrica
(Fotografía Martín Robertson, @martinsebastian.cl en IG)
- LVP recopiló los hechos e hizo foco en las acciones que resultaron más contradictorias y confusas de quienes estaban a cargo de liderar la compleja situación que se vivió a partir del aumento de actividad del macizo, que llevó a subir el nivel que había estado en Amarillo desde noviembre de 2022. Las dudas sobre si se suspendían o no las clases; o dónde estaba el límite de los ocho kilómetros son sólo algunas de las difíciles definiciones que quedaron en zonas grises y que, por cierto, complicaron a la comunidad.
Durante la tarde del pasado sábado 23 de septiembre las redes sociales del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) ya daban luz a lo que se vendría horas más tarde. El mensaje era corto, muy técnico, pero golpeador: “Volcán Villarrica: hoy sábado 23 de septiembre durante el transcurso del día, las estaciones de monitoreo de @sernageomin instaladas en las inmediaciones del #VolcánVillarrica han registrado un aumento sostenido en la energía sísmica continua calculado a partir del parámetro RSAM”, decía el texto colgado en “X” (ex Twitter).
El texto encendió las redes y los grupos de Whatsapp de los periodistas regionales, siempre ávidos de informar sobre la situación del Villarrica; uno de los temas favoritos en las pautas de los noticiarios y matinales nacionales. Es decir, cualquier noticia del macizo son minutos seguros de pantalla en despachos en directo y notas preparadas. Especialmente si las imágenes muestran emisiones de ceniza durante el día e incandescencia en la noche.
Además de lo anterior, un Comité de Gestión de Riesgo de Desastre (Cogrid) comunal en Villarrica convocado por el alcalde Germán Vergara —al que asistió el gobernador regional, Luciano Rivas, quien estaba en la vecina ciudad en el contexto de una actividad cuequera— puso algo más de aliño a la bomba que explotaría a las 14 horas del domingo: el volcán Villarrica pasaba a Alerta Naranja. Igual “explotaría” es un decir; ya que desde temprano se manejaba informalmente que el macizo subiría en el nivel de las alertas. Por lo mismo, los corresponsales de las televisoras nacionales se instalaron desde temprano en las afueras de la municipalidad puconina a la espera de la confirmación de una noticia ya sabida por todos. Sería la pauta que abriría la mayoría de los noticieros ese domingo. Y sea quien sea el rostro que liderara la información se aseguraría caros y preciados minutos en pantalla. Y esto último no deja de ser atractivo para cualquier político. Pero los impulsos y las crisis son toda una oportunidad, al menos así lo plantean quienes saben de su manejo; pero también son escenarios propicios para los errores. Y en esta hubo varios. Al menos decisiones que se vieron algo erráticas ya desde la perspectiva de los días que han pasado.
¿Hay o no clases?
Una de las primeras complejidades e incongruencias públicas partieron por la decisión de suspender las clases que tomó el alcalde Carlos Barra. El jefe comunal habló ese domingo en una conferencia de prensa en el frontis de la municipalidad. Esto, una vez que se oficializara que Pucón estaba en Alerta Naranja por parte del Sernageomin. Y una de las ideas fuerzas que planteó el alcalde era que en Pucón las clases se suspendían por tres días desde el lunes 25 de septiembre. La medida abarcaba tanto a los colegios municipales como a los subvencionados y se aclaró que se hablaría con los particulares para que tomaran el mismo camino.
El problema se generó cuando el delegado presidencial, José Montalva, junto a la directora regional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), Janet Medrano, aparecieron en un video de Tik Tok (sí, Tik Tok) desmintiendo a Barra. Ahí sostenían que sólo los establecimientos que estaban más expuestos por una posible erupción suspendían actividades. Obviamente el video de Montalva y Medrano se viralizó con rapidez y generó confusión, principalmente, en los apoderados que no sabían a qué autoridad atender: Montalva o Barra. Pasadas las 23 horas de ese domingo el delegado tuvo que salir, otras vez por Tik Tok a desmentirse a sí mismo y aclarar que en Pucón las clases sí estaban suspendidas.
¿Dónde están los ocho kilómetros, o los cinco?
Otro elemento controversial fue el límite de los ocho kilómetros que estableció la autoridad como zona de exclusión. Y esto a los vecinos, principalmente de la ruta Camino al Volcán, le generó una serie de complicaciones. Lo primero es que nunca estuvo claro dónde estaban los ocho kilómetros. O si estos se contaban desde el medio del cráter o de los bordes. También muchos de ellos tuvieron problemas para poder acceder a sus viviendas y lugares de trabajo que, en principio, estaban dentro del límite establecido por Senapred. La primera noche, de hecho, muchos de ellos tuvieron que dejar sus vehículos en la ruta antes del control y llegar a sus casas por el bosque. Tampoco se entendió mucho si la exigencia de la exclusión era obligatoria o voluntaria. Y si era obligatoria qué alternativas de albergue o cuidado de animales y mascotas entregaba la autoridad. Como sea, aunque varios optaron por acatar la determinación, otros no lo hicieron y tuvieron que firmar, eso sí, un documento de exención de responsabilidad en el que se estipulaba que las autoridades no serían responsables en caso de alguna tragedia. Como dato anexo, hay algunos dirigentes relacionados a los gremios del turismo que ven en esta figura (la exención de responsabilidad) la fórmula para saltarse la prohibición de llegar al cráter por parte de los guías y las agencias cuando la alerta baje a Amarillo.
Pero hay más con respecto a los límites impuestos por Senapred. El viernes que recién pasó (29 de septiembre) este organismo técnico informó, a través del vocero permanente del Cogrid regional, José Montalva, que el límite de exclusión bajaba de ocho a cinco kilómetros. Lo anterior, debido a que el volcán presentaba cierta tendencia a la estabilización. El punto es que la barrera de exclusión y prohibición de tránsito se mantuvo en el mismo lugar en el que estuvo desde que partió la crisis, en la caseta de Conaf. Es decir, nada cambió, pese al anunció de cambio.
La erupción que no fue
El punto más álgido de la crisis fue el pasado martes 26 de septiembre. Ese día el volcán emitió una serie de señales y, principalmente, ruidos y temblores perceptibles en varios lugares de la comuna. A eso de las 14 horas el rumor que circulaba en las redes sociales era que estábamos muy cerca de la temida Alerta Roja que indicaba una erupción inminente. A las 16 horas la situación era insostenible. Mientras, las autoridades regionales (incluyendo al delegado Montalva y a la directora del Senapred regional, Janet Medrano) llamaron a un Cogrid en Pucón que se realizaría en la sala de concejo de la municipalidad. Pero mientras este encuentro —al que no permitieron la entrada a los concejales— se desarrollaba; en el mismo edificio consistorial los funcionarios asumían que la erupción era inminente. Todo esto azuzado por audios de whatsapp con información sesgada o derechamente falsa. Mientras esto sucedía, ninguna autoridad salió a poner paños fríos o dar una vocería de emergencia para bajar los altos niveles de ansiedad en la comunidad. Por cierto, pese a que entregar alarmas falsas sobre incendios o catástrofes (una erupción volcánica entra en este último ítems) está penado por la Ley, ninguna autoridad hizo el gesto, siquiera, de denunciarlo. Al ser consultados por esto, desde el equipo del delegado señalaron que Montalva encargó a la unidad Jurídica del ministerio del Interior un análisis para definir si se debía o no hacer la denuncia.
Clases nuevamente
Al cumplirse una semana justa de la alerta, es decir este domingo uno de octubre, la agenda volcánica se puso, otra vez, en el área de la educación. Todo partió con una protesta que realizaron los apoderados del colegio Pucón Nevados, quienes pedían volver con clases virtuales y no presenciales. Como contexto, hay que señalar que dicho establecimiento se encuentra a metros del lecho del río El Turbio, uno de los cauces naturales de eventuales lahares en caso de erupción en el Villarrica.
En paralelo, en la municipalidad se desarrollaba una reunión en la que las autoridades locales (alcalde y jefe de la Educación municipal, Alejandro Durán) se reunían con diferentes estamentos educativos comunales. La decisión fue volver sólo de manera on line. Esto, en un directo desafío a las autoridades regionales que abogaban por la presencialidad. De hecho Durán, en conversación con LVP, planteó que de no respetarse la propuesta y aceptarla por parte del ministerio de Educación (Mineduc) pondrían un recurso de protección en tribunales. Es decir, la posición era dura.
Tuvieron que pasar varias horas, y algunas llamadas a concejales por parte de autoridades regionales, para que saliera humo blanco. Cerca de las 21 horas salió un comunicado de parte de la seremi de Educación en el que se aceptaba la propuesta de virtualidad, aunque se sugería que los colegios subvencionados y particulares lo solicitaran formalmente. No todos acataron, ya que el Raitrai apostó por la presencialidad para las clases. Un detalle no menor es que pese a que fue el delegado Montalva quien controló la agenda y se llevó el peso de las vocerías por la crisis, esta vez dejó la comunicación en una cartera sectorial que estaba sin jefe formal (solo un subrogante). La misma que sólo nombró este lunes a su titular, cargo que recayó en Marcela Castro Armijo.
Por ahora no se conoce hasta cuándo se mantendrá la Alerta Naranja. En el último Reporte de Actividad Volcánica (RAV) del Sernageomin se daba cuenta de que el macizo seguía inestable y con señales propias de su condición, aunque se mantenía una tendencia hacia la estabilización. La palabra, por cierto, la tiene Sernageomin, Senapred y el delegado Montalva. Todos ellos con la mirada puesta en el volcán más monitoreado de Chile y, tal vez, del mundo.