La poza de agua (sucia) fuera del hospital

Durante las últimas semanas conocimos del apozamiento de agua, presumiblemente contaminada, en la esquina de las calles Fresia y Uruguay. Justo frente al hospital San Francisco de Pucón. Y lo que parecía ser un asunto trivial y “poco digno” de estar en las páginas de la prensa formal; se transformó en un hecho que tomó elementos que lo volvieron importante y trascendente. Tanto así que ya existen tres organismos estatales involucrados en tratar de encontrar las causas y darle solución.

Y lo anterior debido a que esta agua jabonosa está filtrando por el sistema que colecta las aguas lluvias del sector, las que van a dar directamente (sin tratamiento previo) al lago Villarrica. Y esto es complejo ya que este cuerpo de agua, uno de los principales atractivos de la zona, está declarado como “saturado” y en proceso de establecerse un plan de descontaminación. Es decir, es una situación en extremo sensible.

En este sentido también es relevante saber el origen del flujo. Y ahí aparece un actor predominante sobre quienes se han posado las miradas como eventuales responsables del problema. Se trata del hospital de Pucón. Y, de hecho, la municipalidad ya les cursó una infracción por verter el agua contaminada y la superintendencia de Medio Ambiente (SMA) también abrió un expediente para determinar responsables. Si bien desde el centro asistencial no han dado una respuesta oficial sobre el origen del problema, entendemos que están buscando las causas y si el asunto proviene de ellos asumirán la responsabilidad y darán una solución. 

Ahora, sea o no sea el hospital el responsable (no hay certezas aún) nos llama la atención el tiempo que estuvo presente la situación (se habla de, a lo menos, nueve meses) sin que nadie haya asumido el asunto y buscara una solución. Tuvieron que intervenir los vecinos y la prensa local para que el hecho (que parecía trivial, pero que no lo era) cobrara importancia y se apurara una mejora. Es buena la intervención ciudadana y de los medios, pero creemos que siempre es mejor la proactividad de los recursos del Estado.