Carlos Olave luego de su renuncia como administrador municipal: “No me voy arrancando”

• El alto funcionario de la municipalidad se va, según lo que él señala, por razones estrictamente familiares. Tiene un hijo pequeño y a su pareja en Punta Arenas y asume que no puede dejar que el tiempo transcurra en esas condiciones. Todo esto a nueve meses que el extenso período de Carlos Barra termine en la alcaldía y sea menester “dejar la casa ordenada”. 

La oficina de Carlos Olave (43) se muestra tal cual como la ha mantenido en los casi dos años que enteró como administrador municipal de Pucón. Pese a que oficializó la renuncia pocos minutos antes de esta entrevista, el hombre sigue trabajando. Y es su último día en el cargo (jueves 28 de marzo). Eso, porque luego de sus vacaciones no volverá y dejará a la administración de Carlos Barra en la disyuntiva de poner a otro en el cargo o terminar el período (le queda hasta diciembre) con lo que hay. En todo caso, Olave aclara de entrada que sus razones son personales. Un hijo pequeño y su pareja demandan su presencia en Punta Arenas, la ciudad que lo acogió desde que era un estudiante a fines de los ‘90. Con todo, deja algunas “perlas” que es necesario leer entre líneas en esta entrevista. La última que da en el cargo. 

“Ya es oficial mi salida de la administración. Y esto es familiar porque mi hijo ya está en una edad (un año y tres meses) en que necesita mayor atención y debo acompañar a Paulina que es mi pareja”, dice.

— ¿Pero hay mucha diferencia al irse cuando el niño tiene un año y tres meses o cuando tuviera dos años que es cuando Barra termina su período en diciembre?

“Sí. Hay mucha diferencia en casi ocho meses de no estar en Punta Arenas con mi hijo porque hoy día ya él necesita más atención. El chicle no se puede estirar mucho tiempo con la familia. Los valores en los que uno está formado me hacen pensar y decidir que la familia es más importante”.

— ¿Por qué no hiciste ese análisis (de costo) familiar antes de aceptar el cargo en 2022?

“Es que me vine sin hijo. Ella no estaba embarazada (se enteró del embarazo cuando llevaba tres meses trabajando en Pucón). Es distinto y el contexto cambió completamente. No es la misma situación”.

— ¿No proyectaste tener un hijo antes de venir?

“Lo sentimental no se proyecta”.

— Pero la familia o un hijo sí…

“No es un motivo de análisis mayor eso. Creo que la parte sentimental y familiar es cuando es. Lo que uno planifica son las cosas sobre las que uno tiene cierto control y no sobre los sentimientos”.

— ¿Qué te queda de tu experiencia en Pucón?

“Esta comuna particularmente como es relativamente pequeña en comparación a otras ciudades se ve el día a día. En cómo contribuir a la ciudadanía directamente en actuar rápido, decidir rápido y tratard e distribuir los recursos comunales de manera equitativa. Lamentablemente, como siempre lo conversamos, los recursos no son amplios para poder cubrir todas las necesidades. Esa es la parte más compleja y saber cómo distribuirlos de manera que a todos les toque un poco. Y esa es la realidad de muchas comunas porque se crean leyes sin financiamiento y las municipalidades tienen que asumir estos financiamientos y muchas veces no alcanzan los presupuestos. Pero el día a día, salir a terreno o reemplazar al alcalde en actividades. Toda esa actividad que no deja minuto de tranquilidad es la que te hace crecer como profesional”.

— ¿Cómo crees que golpea tu salida a la administración de Carlos Barra, cuando le queda tan poco para dejar el cargo y debe dejar la “casa ordenada”?

“Evidentemente sé que va a haber un impacto. Espero que no sea mayor y como dije en el concejo ‘no me voy arrancando’ y desde mi perspectiva ‘no se está hundiendo el barco’ como algunos dicen y ocupan esa analogía que me parece insolente, incluso. Así es que voy a estar en permanente comunicación con el alcalde y con el concejo para todo lo que necesiten de mí. En Punta Arenas no tengo trabajo y no estoy buscando trabajo porque creo que tengo que dedicarle tiempo a mi familia. Voy a estar disponible para venir a Pucón. Voy a tratar de que ese impacto no sea tan grande y lo que yo pueda hacer profesionalmente para esta municipalidad, lo voy a seguir haciendo. Voy a seguir ayudando. Es mi compromiso con Pucón y la municipalidad”. 

— ¿Has hablado con Carlos Barra sobre lo que viene? ¿Te ha dicho algo sobre si quiere poner un nuevo administrador o si quiere terminar sin nadie en ese cargo?

“Él ha pensado en las tres cosas: poner un nuevo administrador, no ponerlo o que alguien que venga de afuera asesore. Creo que es algo complejo, pero él lo está analizando en estos momentos”.

— ¿Según tú no es una decisión que esté tomada?

“Entiendo que no”.

— Tu hablas de que el “barco no se está hundiendo” y que la cosa está ordenada, pero pareciera ser que existen situaciones no están tan ordenadas. ¿Cuál es tu evaluación técnica respecto a eso con miras a la salida de diciembre?

“Hemos abordado distintos temas y hemos tratado de ordenar cosas. Lo que pasa es que hay asuntos pendientes y temas del día a día que si bien no se solucionan en una administración son contínuos. Por ejemplo están los sumarios, temas de gestión, comunicación, la modernización del Estado que incluye a las municipalidades y la digitalización del Estado. Esos son temas pendientes que van a ir saliendo en medida que se cumplan etapas. La municipalidad se tiene que preocupar de cumplir esas etapas para gestionar bien esas cosas pendientes. Hace días atrás el alcalde instruyó a todos los departamentos para que envíen material y documentación que necesita para hacer la entrega de final de año a la nueva administración. Eso está en proceso y hay que mantener bien el dedo en el renglón para poder ejecutar bien el traspaso”.

— ¿Crees que el alcalde va a cumplir en entregar una administración ordenada?

“Creo que en la administración uno se acerca al ordenamiento, pero ningún servicio puede dejar todo al cien por ciento ordenado porque hay cosas pendientes que se van pasando en el día a día”.

— ¿Qué debería pasar para que Barra entregue una administración ordenada?

“No hay que comprometer mayor recurso municipal a futuro que es lo que hicimos con la compra del terreno (Salinas Epuin) que termina el otro año y los próximos años están liberados de esa inversión. Y entregar todo el ‘estado del arte’ a la próxima administración cosa que lo que tome lo tome con claridad sobre en qué estado está cada cosa”.

— ¿Qué fue lo más duro que viviste acá los dos años que pasaste?

“Lo más duro es decirle a la gente que no puede continuar trabajando o que no puede continuar en la modalidad de trabajo en la que se pretendió por algún tipo de error o mal cálculo. Eso es complejo, pero se sorteó de manera adecuada sin dejar a la gente sin trabajo. En lo profesional siempre es más duro eso”.

— ¿Y en lo humano?

“La distancia de los cinco mil kilómetros que debía recorrer para visitar a mi familia”.

— En el último tiempo se habló de que al interior de los directivos de la municipalidad había divisiones y problemas. ¿Eso era así?

“En todo grupo humano hay diferencias de opiniones y eso no quiere decir que sean enemigos públicos, pero creo que lo importante es saber que esas diferencias de opiniones no influyen en los resultados de las decisiones o no detenga decisiones”.

— ¿Y eso pasó?

“En algunas oportunidades sí, y en otras no pasó”.

— ¿Tuviste problemas de relaciones humanas con otros directivos?

“La verdad es que muy poco…”.

— Te pregunto porque se habló que tenías mucha distancia con algunos directivos y que tenías relaciones complicadas y que por eso te ibas. ¿Fue así?

“No puede ser así, porque sería que lo laboral está por sobre lo familiar y yo pienso diametralmente distinto”.

— Ya, pero independiente de eso, ¿tuviste problemas relacionales con directivos?

“En todo trabajo hay problemas, pero lo importante es que eso no detenga la función pública…”.

— ¿Y fueron determinantes esos problemas?

“No. Yo tengo un pensamiento, independiente de las diferencias, siempre hay que mantener la cordialidad y la educación en el trato con la gente. O sea, si tuviese o no diferencias, eso no impide que tenga una relación con las personas. Jamás le prohibí la entrada a alguien a la oficina, jamás dije que ‘esta persona no venga o no abra la puerta’. Eso nunca. No va conmigo”.

— ¿Otras personas lo hicieron contigo?

“Entiendo que no. Ahí no me podría referir porque no lo sé”.