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Vecinos de Huife acusan hostigamiento de ejecutivo de hidroeléctrica Llancalil

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Incidente ocurrido la tarde del miércoles en la zona terminó en tribunales con un habitante del sector formalizado por lesiones leves en contra del representante legal de la empresa.
Por Rodrigo Vergara

Cada vez más complejas se pone la situación en el proyecto de la hidroeléctrica Llancalil. Esto, porque en pleno proceso de consulta ciudadana, los vecinos acusan hostigamiento de parte de ejecutivos de la empresa. Y un incidente, ocurrido durante la tarde del miércoles, en la zona de Huife Alto, próximo al lugar donde se pretende construir la central, terminó en tribunales con un vecino formalizado por, según la fiscalía, golpear en el rostro a Michael Wagner, quien en la página web del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA), aparece como representante legal de la empresa.
Pero las versiones del hecho son encontradas. Esto, porque el vecino que debió enfrentar a la justicia al mediodía del jueves, Aldo Juvenal Matus, señaló que Wagner llegó hasta su propiedad en un contexto donde, según él, las conversaciones debieran estar acotadas al proceso de participación ciudadana que se abrió el pasado 11 de junio y se extenderá hasta el 9 de julio.
“Él (el ejecutivo de Llancalil) hace bastante tiempo me estaba llamando por teléfono de que quería hablar conmigo”, parte el relato Aldo Matus. Después de varias llamadas y fechas en las que no se pudo concretar la visita de Michael Wagner, lograron reunirse la tarde del miércoles: “Yo lo hice pasar a mi casa y cuando estuvimos adentro, él empezó a decir que el proyecto se hacía sí o sí. Que ya estaba por salir y estaba por aprobarse”.
Desde ahí la controversia fue escalando, porque, según el relato de Matus, éste le consultó a Wagner sobre qué sucedería con la servidumbre de paso que debe entregarle para que las tuberías de la hidroeléctrica puedan conectarse a la central: “Nosotros no estamos de acuerdo con el proyecto. No le damos la pasada y más encima pasa por el nacimiento del agua que nosotros tomamos para la casa. Le dije que qué iba a pasar con eso”.
Según Matus, el representante legal de Llancalil le dio una explicación, pero el tono subió cuando Matus le preguntó sobre la tala de árboles: “Me dijo ‘te he dicho ignorante de mierda que los flujos de agua pasan y corren independientemente de que haya árboles’. Ahí yo me calenté y lo insulté. Le dije ‘te mandás a cambiar’ y abrí la puerta y salió rascando para afuera. Afuera yo tengo un porche que es medio angosto. Y yo tengo una carretilla con leña y mi hija le había hecho a la orilla para que el hijo (de ella) no salga para afuera en el andador. Entonces había un espacio de no más de 40 centímetros. Entonces, cuando él iba saliendo para afuera se enredó en la carretilla y paró las ‘patas’ y cayó. Se mandó un porrazo. Supuestamente debió haberse golpeado porque donde cayó tenía que golpearse”.
El testimonio continúa y Matus explica cuál fue el argumento usado por Wagner para que Carabineros llegara cerca de la medianoche a detenerlo (a Matus): “A mí me acusa de que yo lo golpeé y yo no lo he golpeado”.

Obviamente la versión entregada por el ejecutivo de la hidroeléctrica es diferente en el sentido de que fue Matus el que lo golpeó en la cara y le dio una patada. En todo caso, el Ministerio Público zanjó el tema por un procedimiento monitorio y se lo condenó a una multa a Matus de 1/3 UTM mensual que se dio por cumplida por las horas que quedó privado de libertad.

Escenario complejo
El proyecto de la hidroeléctrica Llancalil está entrando en una etapa decisiva. Esto porque la mayoría de los organismos consultados ya han entregado sus respuestas. Y si bien dos de los más importantes, como lo son la municipalidad de Pucón y el Gobierno Regional han rechazado la propuesta privada, hay otros organismos como el SAG, Seremi de Agricultura y Bienes Nacionales que le han dado luz verde al proyecto. Por lo mismo, parte importante del resultado dependerá de lo que se recoja en el proceso de consulta ciudadana. Así las cosas, el incidente entre Matus y Wagner genera un alto ruido en el proceso y, por cierto, hace más compleja la situación de la hidroeléctrica frente a las comunidades.
Al menos así lo expresa Luis Ibarra, presidente de la comunidad indígena Millaqueo Millahual de Huife Bajo. “La empresa sí está ejecutando hostigamientos a la zona del proyecto. Hay presiones de distinto tipo y uno de esos hostigamientos son llamados telefónicos. Hostigamientos que como dirigentes sociales estamos teniendo, siendo que estamos en un proceso de participación ciudadana con la intervención del Servicio de Evaluación Ambiental que está en plena instancia. Incluso está confirmado que con el señor Wagner tenemos reuniones agendadas. Es infundado que él se dirija a los vecinos independientemente”, explicó Ibarra, quien, junto a otros vecinos, acompañó a Matus en su paso por el tribunal de Pucón (imagen principal de esta nota).

Respuesta de la empresa

Durante la noche del jueves llegó una declaración de la Hidroeléctrica Llancalil hasta la redacción de La Voz…., en ella se lee lo siguiente: “Una de las misiones de Huife Limitada con su proyecto ‘Pequeña Central Hidroeléctrica Llancalil’ siempre ha sido tener una política de buen vecino, respetando a la comunidad y sus opiniones, estando siempre dispuesta a mantener un diálogo fluido con ellos. De esta manera, se han sostenido encuentros con dirigentes vecinales, vecinos y comunidades indígenas del sector y líderes de agrupaciones ambientales. Todo esto con el fin de presentar el proyecto, informar su estado y aclarar dudas”.

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