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La desconocida trama de las concesiones mineras en Pucón: cuando el “pirquén” es bajo tus pies y nunca lo supiste

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Empresario local dice que de la “noche a la mañana” se encontró con trabajadores en un campo de su propiedad quienes comenzaron a excavar para sacar piedras y áridos bajo el amparo de un permiso otorgado por el Estado para extraer minerales. Pese a que, incluso, inició acciones legales y medioambientales; sus expectativas no son muy favorables, ya que en los hechos solo es dueño de la superficie y no del subsuelo. En la zona hay cerca de 20 autorizaciones otorgadas en los últimos cinco años. 

Así está actualmente el campo de Sabra en la zona de Rinconada en Catripulli.

La historia es la siguiente. Y, aunque parezca extraña, definitivamente no es poco común. Y pasa o está pasando en Pucón. Se trata de las concesiones mineras que particulares o empresas solicitan en los subsuelos de los terrenos las que, en los hechos e independiente de los propietarios de la superficie, los hace dueños de lo que está bajo tierra y les permite explotar los recursos que allí se encuentran. Y esto es lo que vive actualmente Yamil Sabra, empresario local, quien acusa que —prácticamente— de la “noche a la mañana” vio como un equipo de trabajadores llegó hasta su predio ubicado en Rinconada, Catripulli, y comenzó a trabajar. Y ante los reclamos y llegar, incluso, con Carabineros, los operarios no tardaron en sacar el registro del conservador de Bienes Raíces y las sentencias judiciales que los acreditaban como los dueños de los recursos del subsuelo. Sabra no tuvo mucho más que hacer.

“Yo me enteré por sorpresa cuando voy al campo un día y me encuentro a estas personas que están dentro del terreno haciendo excavaciones. Ya estaban sacando piedras y ya habían entrado con sus camionetas. Y, de hecho, entra un camión al final del día a buscar piedras. Yo voy como una vez a la semana al campo y en uno de esos viajes me encuentro con ellos dentro del predio”, relata Yamil Sabra, quien agrega: “Converso con ellos y me cuentan que tienen una petición minera, cosa que para mí era un lenguaje extraño, por lo que no le tomé mucha importancia y fui hasta Carabineros. Me acompañó una patrulla para intentar sacarlos del predio porque estaban haciendo daño. A Carabineros le mostraron una escritura hecha por el Juzgado de Letras y Garantía de Pucón donde dice que a este señor le entregaron una petición minera por un terreno de cien hectáreas, por lo que él puede extraer materiales en el subsuelo”.

En rigor, cuando Sabra se refiere a “este señor”, habla de César Jerez, quien tiene una concesión minera otorgada por el Estado de Chile para explotar minerales en un terreno delimitado de cien hectáreas (20 de las cuales en la superficie pertenecen a Sabra). Pero César Jerez no se dedica a sacar plata, oro, cobre o carbón. Simplemente ocupa sus derechos para extraer piedras de construcción. En rigor, parte del campo cordillerano de Yamil Sabra se transformó en la cantera de César Jerez. Todo esto amparado y legalizado por el Estado de Chile.

“Acá la gente puede ser dueña del terreno, pero el subsuelo, puede venir un extraño y lo solicita”, acota Yamil Sabra.

Pese a que el problema podría ser una situación algo desconocida, en la zona de Pucón desde 2015 a 2018 existen cerca de 20 concesiones mineras ya otorgadas a empresas y particulares. Todas ellas registradas en el Conservador de Bienes Raíces de la ciudad. Según pudo investigar La Voz…, el procedimiento no es tan complejo, aunque demora cerca de dos años.  El primer paso es inscribir un registro de manifestación minera. En el fondo es una declaración de antecedentes que en determinado terreno podrían existir minerales. Luego de ellos, viene un proceso judicial en el que se tramita la concesión. Si nadie reclama (se hacen tres publicaciones en el boletín minero), el tribunal otorga una sentencia de concesión, la que se inscribe en el mismo Conservador. Con eso el solicitante es dueño del subsuelo a perpetuidad, ya que las concesiones son heredables.

Esta imagen corresponde al día en el que Yamil Sabra llegó con Carabineros hasta el terreno de Rinconada en Catripulli.

La lógica jurídica que opera en el tema es que si bien la superficie tiene propietarios, el subsuelo es del Estado, y éste es libre de entregárselo a quien lo solicite para su explotación y desarrollo. No hay obligación legal de avisarle personalmente al dueño de la superficie; aunque lo idea es que se pueda llegar a un acuerdo económico por la servidumbre de paso (los accesos) y la eventual destrucción que deja la labor. En el caso de Sabra, se pasaron los tiempos legales para solicitar el acuerdo; aunque siempre está la posibilidad de llegar a un trato, el que incluso podría ser forzado por un juez.

Tomás Billike, abogado de Sabra, asegura que las concesiones en la zona de Pucón se piden para extraer áridos y piedras (principalmente para el rubro inmobiliario), pero no se amparan en la Ley de Áridos. La razón por la cual piden concesiones mineras es con el fin de explotar los áridos y rocas lo cual en principio no debiera ser grave. Sin embargo, se amparan en dicha legislación y no en la relativa a los áridos porque así pueden llegar y explotar terrenos particulares o de incluso CONAF, toda vez, que el derecho de minería es una excepción al derecho de propiedad ya que con eso se hacen dueños de las sustancias que se encuentran en el subsuelo”, explica Billike. El profesional señala que el problema tiene a Sabra con un proyecto de desarrollo turístico detenido: “En el caso de Yamil Sabra nos han parado un proyecto inmobiliario y explotan y extraen las rocas sin haber constituido la servidumbre minera y sin pagar las indemnizaciones correspondientes”.

Sabra, por ahora, mantiene una demanda en el tribunal de Pucón, pero es por un tema de formas relativo a fechas de inscripción. El empresario también hizo una denuncia en en la seremi de Medio Ambiente, ya que según él, el concesionario desvió un arroyo. Con todo, pareciera ser que el mayor problema es el desconocimiento de la normativa de parte de los propietarios superficiales. En rigor, la situación que vive Yamil Sabra podría pasarle a cualquiera. “El problema es que desde el punto vista legal los plazos para oponerse son breves y los propietarios de muchos terrenos rurales no se percatan ya que los plazos se cuentan desde la publicación del respectivo pedimento o manifestación en el boletín de minería el cual en la práctica nadie lo lee por desconocimiento”, sostiene el abogado Billike.

 

“Está todo en regla”

César Jerez, se declara un cantero. Es decir, una persona que se dedica trabajar en canteras para sacar piedras. Y es, en los hechos, quien está trabajando en el subsuelo del campo de Sabra. Asegura que está todo en regla y que el trámite lo hizo bajo los preceptos de la Ley Minera. Por lo mismo, no hay nada irregular en su proceder. Sobre los cuestionamientos por no avisar a los dueños de la superficie, Jerez es claro. Asegura que solo es necesario hacer tres publicaciones en el boletín minero y así el tema ya es público; pese a que probablemente sean pocos los que conocen ese informativo y más aún, menos los que lo leen.

“Cuando tienes un tema de solicitar, hay tres publicaciones al diario oficial de minería y están las tres publicaciones. Ahora, él tiene que ver si revisa el diario. Fueron las tres publicaciones como corresponde y ya no se reclamó en el tiempo adecuado y los papeles siguen”, dice.

Jerez explica que él se asesoró con expertos de una oficina pública minera de Temuco y que son profesionales de esa unidad quienes le brindaron el apoyo, incluso jurídico, para afrontar la demanda que Sabra tiene en su contra: “Yo pago las patentes, tengo tres patentes pagadas. Esto está inscrito en el Conservador de Bienes Raíces. Esto está inscrito como corresponde. No estoy metiéndome en un terreno así por así”.

En todo caso, Jerez dice que se pudo llegar a un arreglo con Yamil Sabra, pero que fue este último quien no lo quiso. “Por qué no se acerca a nosotros. Es cosa que conversemos”, concluye.

 

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