Juan Carlos Aravena realizó una alocución cargada de significado en el cumpleaños 76 de la institución, el que fue marcado por la renuncia de cinco voluntarios relacionados a un eventual consumo de sustancias ilícitas.

Una ceremonia sencilla, pero probablemente con una carga emotiva especial. Así celebraron el aniversario número 76 los Bomberos de Pucón. Y esto cruzados por la compleja semana en la que se conoció la existencia de un grupo de funcionarios que renunciaron a la institución en medio de rumores y datos que apuntaban a un eventual consumo de drogas. Y, posterior a eso, la denuncia de la situación a la fiscalía del superintendente Juan Carlos Aravena. El hecho es considerado como un verdadero “terremoto” al interior de la valorada institución.
Y si bien, en el discurso del superintendente no se hizo una alusión directa al hecho, sí sus palabras oficiales (el discurso duró un poco más de nueve minutos) dejaron poco espacio a la interpretación. Aravena aclaró que si bien el ingreso a la institución es voluntario, luego de ello, la voluntariedad debe quedar de lado, para entrar al sometimiento a las reglas y jerarquías institucionales. “Ahí la voluntariedad se termina y se transforma en una obligación ética, una obligación moral. Los bomberos nos autodenominamos ‘caballeros del fuego’ y trabajamos diariamente por ser más y mejores para nuestra comunidad. Los bomberos y las bomberas nos hemos autoconvencidos de que somos seres especiales por la función realizada”, sostuvo el jefe máximo local de la institución en su alocución, en la que luego agregó: “Aceptamos que nuestra vida bomberil e institucional interna es incompatible con cosas que para otros seres humanos pueden ser normales. Trabajamos siempre para ser rectos, probos y transparentes”.
El discurso también apuntó a que los voluntarios son parte de una comunidad. Es decir, pertenecen a un grupo de personas con intereses especiales y que los bomberos le sirven a ese grupo “común y unitario”. “Los bomberos pertenecemos a una comunidad vista ésta como una ‘común unidad’ de intereses, de cosas comunes. Y lo común no es más ni menos que servir a nuestra comunidad de inserción geográfica, a nuestros vecinos, a nuestros otros y a ustedes cuando lo necesitan y requieren”, señaló Aravena.
La ceremonia finalizó con la entrega de reconocimientos a los voluntarios por años de servicio, la entrega formal de las llaves de dos vehículos nuevos (ya en uso) y el desfile oficial.