¿Qué pasa con la delincuencia?

En la semana que termina conocimos dos casos que si bien poseen un desarrollo distinto, ambos tienen un denominador común: la inseguridad. Primero fue el incendio ocurrido en una casa en desuso por sus propietarios en calle Perú esquina con Caupolicán. El lugar, según el dirigente vecinal Santiago Águila, había sido tomado por personas con problemas de alcoholismo y vagancia. Lo anterior, obviamente, había generado un foco de problemas, suciedad y también delincuencia. 

Pero no fue lo único. También y casi en paralelo al incendio, supimos del robo a la tienda Columbia ubicada en una galería hace poco inaugurada en la avenida O’Higgins. Fue un botín que pasó los $90 millones en ropa y especies. Y uno de los elementos más llamativos del atraco fue que la banda de delincuentes estuvo un día antes haciendo un reconocimiento o un intento fallido (depende de las versiones) y fueron captados por cámaras de seguridad.

Ambos hechos, por cierto, ocurrieron en el centro de Pucón y a pocas cuadras de Carabineros. Pero más allá de culpar a la policía uniformada o a las autoridades civiles encargadas de la seguridad en la comuna; se echan de menos políticas y estrategias de seguridad que demuestran planes que se puedan medir en el tiempo y que ayuden a bajar los niveles de inseguridad en una comuna poco acostumbrada a publicitar el delito. 

No sacamos nada con esconder la cabeza y hacer como que el problema no existe. Y si bien las estadísticas de casos policiales van a la baja según Carabineros, no se puede asumir que la persecución y la coerción al delito es algo secundario. Existen numerosos estudios que hablan de la cifra negra de la no denuncia por desconfianza en un sistema que tiene a las víctimas como los molestos “invitados de piedra” y con pocas posibilidades de ser escuchados. Seamos proactivos y afrontemos que a la delincuencia no se le puede dar un centímetro. Menos en una comuna turística como la nuestra, donde la seguridad es parte de nuestra oferta a los visitantes.