Editorial
¡¿Qué nos está pasando?!
Probablemente esta no es la forma más ortodoxa de comenzar una editorial, pero suponemos que la situación que hemos estado viviendo tampoco lo es. Para los que no lo saben el día jueves tanto nuestro director como el editor periodístico recibieron explícitas amenazas de muerte en textos, audios y hasta una amenazadora foto con la ubicación de la casa personal y familiar de uno de ellos. La idea era presiona a una suerte de chantaje para forzar el bajar una nota periodística de nuestra multiplataforma. Obviamente nos negamos ya que hacerlo implicaba traicionar un principio innegociable para nosotros, nuestra audiencia tiene el derecho de estar informada.
Hemos recibido amenazas antes, pero nunca con la intensidad y audacia como esta. Y como cristianos que somos, sabemos que el mundo tiene aflicción y que mientras los principios divinos que sustentan nuestra vida estén presentes estamos en las manos de Dios y toda circunstancia está en su perfecto y soberano control. Las amenazas no nos pueden mover de ahí. No hacemos esto como un trabajo más, lo hacemos con convicciones que trascienden a lo que se pueda tocar o ver.
Sin embargo no negamos nuestra preocupación por lo que está pasando, es de suma gravedad que en medio de la crisis de seguridad que vive nuestro país también periodistas sean amenazados por hacer su trabajo. No se trata de nosotros, ni de nuestra seguridad, se trata de que el periodismo libre es fundamental para la democracia y para el tranquilo vivir de nuestra sociedad. Chile y Pucón eran lugares tranquilos y no podemos normalizar atentados tan explícitos a nuestro ordenamiento social. No se puede aceptar, todos debemos luchar con todo lo que esté a nuestro alcance para no perder la sensibilidad y ser uno más de la cultura de inseguridad que viven países no tan lejos de nosotros.
Hoy Reporteros sin Fronteras nos entregó su apoyo y lo hizo junto con su preocupación por ataques perpetrados a periodistas en México y Colombia. Hoy somos uno más de ese grupo, pero depende de todos nosotros que volvamos a ser el país que respeta el orden, la seguridad. Aún más en Pucón. El cerco se está corriendo y si no lo paramos hoy, el mal seguirá moviéndose. La única forma de combatirlo es que quienes creen en el bien asuman la responsabilidad personal que se tiene, en los espacios que se encuentre, por hacer las cosas diferentes. Nosotros confiamos en Dios y las convicciones que nos puso para seguir entregándoles el mejor periodismo que podemos mientras nos dejen hacerlo.