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La historia de los hermanos Villagrán con la fallecida Reina Isabel

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LA RECEPCIÓN.- El matrimonio real llegó hasta el aeródromo de Pucón en un avión C-47 y en la bajada se puede ver a los hermanos Villagrán, quienes entregan un presente a Isabel. (Fotografía gentileza Cristian Hernández).

Noviembre del 68 quedará marcado para siempre en la historia de Pucón. Ese mes, específicamente el 15 y 16, la Reina Isabel II de Inglaterra y el príncipe consorte Felipe, Duque de Edimburgo; llegaron hasta el pequeño pueblo de no más de 4.000 habitantes para pasar —tal como lo señalaron en el protocolo— dos días de descanso en el prestigioso Hotel Antumalal de la familia Pollak. Pero el descanso de la realeza británica sería la agitación total en el pueblito enclavado entre montañas y lagos. Nada de turismo masivo, condominios, atochamientos y todo lo que se conoce ahora. Solo calles sin pavimentar, un aeródromo con piso tierra en el que pastaban los cerdos, la sencillez de la gente y la belleza natural que aún cautiva.

Y en esa historia ampliamente contada por investigadoras como Iberia Torres o el escritor local Carlos Gray, salta la historia de los hermanos Alejandro (Pato), Elías (Pito) y Amelia (Meli) Villagrán; quienes recibieron a su majestad en el aeródromo local. De hecho los hermanos varones, gemelos casi idénticos, vestidos como mini bomberos marcaron con sus fotos varias notas periodísticas y algunas portadas de revistas de esa época. Ahora, ya próximo a entrar a los años altos, Alejandro Villagrán (60) recuerda para La Voz… parte de esa historia.

“La gran culpable de esto es mi abuela Amelia (San Martín). Como mi papá era bombero, ella era parte de las ‘Damas Colaboradoras’. Y mi abuela, ingeniosamente, como nosotros éramos iguales, nos hizo unos trajes de bomberito. De ella fue la idea de hacernos los trajes. Y después viene el tema de la visita de la reina, y entre mi papá (Egidio) y otra gente salieron con la idea de que Bomberos tenía que ir a recibir a la reina”, recuerda uno de los gemelos Villagrán. El ahora comerciante y todavía bombero agrega: “Nos tenían medio camuflados en un carro Nissan y en lo que llega el avión se armó el círculo de periodistas y los cercanos que iban a estar en la escalinata de donde iba a bajar la reina. Nosotros llevábamos una cuestión de cobre envuelta en celofán y flores. Y ahí nos meten adentro. Estábamos con mis hermanos y mi hermana, Meli, iba vestida de niña exploradora”.

Según lo que recuerda el ex bomberito, en un momento estuvieron frente a frente a Isabel II y, a esas alturas, nadie se atrevió a cuestionar la presencia de los tres niños que tenían 8 años (los gemelos) y nueve la hermana mayor: “Nos acercamos a la reina y ella nos vio a nosotros y nos recibió los presentes”. Dice que no recuerda si la reina les dijo algo o no. El nervio era extremo. No por nada la visita es considerada hasta el día de hoy como el evento más trascendental en la historia de Pucón.

Según cuentan algunos recopiladores de información, en la visita a Pucón la reina habría aceptado ser mediadora en el conflicto que Chile tenía con Argentina por el Canal Beagle. También se habría negociado secretamente a los pies del volcán la compra de aviones y armamento para las Fuerzas Armadas chilenas. Pero también hay más historias, como el paseo de pesca del príncipe Felipe en el que más que los salmones, el pisco sour fue el invitado de honor para el Duque de Edimburgo. También de un asado típico en el Marimán. En fin, probablemente esos dos días hayan sido los más significativos para el desarrollo turístico local. En los hechos, pusieron a Pucón en el mundo.

“Pucón en el año 68 no tenía ni calles pavimentadas, solo la Avenida Argentina (ahora O’Higgins). Todo el mundo salió a recibir a la reina. Pucón estaba de fiesta y, sin duda, ha sido la fiesta más linda que hemos tenido”, dice Alejandro Villagrán. Sobre la muerte de Isabel, el sentimiento que expresa es de pena: “Yo lo sentí. Dentro de las cosas que me han pasado en la vida, ha sido lejos lo más bonito el haber tenido la suerte de haber nacido en Pucón que ya es una suerte, y más encima haber recibido a la reina Isabel. Es lejos lo más lindo que me ha pasado. Me dolió saber de su muerte. La verdad es que se me apretó un poquito el corazón”.

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