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Locatarios de Ansorena acusan que grupo que duerme a la intemperie tiene sexo, defeca y genera problemas de delincuencia en casco histórico de Pucón

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El sábado que pasó hubo una pelea en el pub El Camino, luego de que una mujer le quitará el plato a una clienta y posteriormente vomitara en la mesa. Comerciantes sostienen que es una situación grave de seguridad pública y salubridad que es necesario afrontar con urgencia. 

DESDE DICIEMBRE.- Los locatarios de vecinos señalan que el problema partió en diciembre pasado, pero que con el correr de las semanas el asunto se ha intensificado.

No son más de siete u ocho personas, pero los problemas que generan, según lo que acusan algunos locatarios de calle Ansorena, son graves. Se trata de personas que pernoctan bajo el techo de lo que fuera el ex casino municipal y que, además de tener sexo, defecar y orinar en público; también tienen comportamientos violentos con los clientes de los locales que hay, principalmente, en calle Ansorena. ¿Lo último? El sábado que pasó atacaron a un cliente (le quitaron su comida) en el pub El Camino y al intervenir los garzones se generó una pelea que terminó con dos empleados del local heridos. 

Según Hans Weiss, administrador del bar atacado, el problema partió a fines de diciembre cuando una persona llegó a instalarse en el edificio contiguo. Luego de eso comenzaron a llegar de a poco. Y ahora es prácticamente una tribu urbana (tienen apariencia de grupo punks) de unas ocho personas entre hombres y mujeres que generan una serie de complicaciones por sus acciones antisociales.

“El día sábado tuvimos este problema en el restaurante, cuando las personas que viven acá en el ex casino pasan casi todos los días robando las pertenencias o la comida de los clientes. Y ese día, una de ellas estaba bastante ebria. Una de las señoritas que estaba con este grupo, se sentó en una mesa y le quitó el sandwich a uno de los clientes y como estaba ebria se puso a vomitar encima. Mi persona trató de sacar a la gente de forma pacífica y se armó una gresca en la que terminaron empujando a los garzones, tirándoles botellas. Fue bastante triste. Hubo dos personas heridas: un cocinero y una garzona. Al cocinero le llegó un botellazo y a la garzona le pegaron y la tiraron al suelo”, explica Weiss, quien agrega: “Este problema lo hemos tenido desde diciembre. Hemos consultado a las autoridades sobre qué podemos hacer y lamentablemente no se puede hacer nada. En Chile no está penado el tema de la vagancia y Carabineros dice que las personas tienen que delinquir para ser detenidos”.

Lo anterior es refrendado por la mayor María Elena Cofré, quien señala que estas personas son infraccionadas cuando se les encuentra consumiendo alcohol en la calle y detenidas por delitos. “Estás todos infraccionados por consumo de alcohol en la vía pública. Y cuando hay desórdenes o riñas  pasan detenidos como fué el sábado. Al otro día el Ministerio público los dejó en libertad”, sostiene la oficial.

Desde la municipalidad concuerdan en parte con Carabineros. Agregan, eso sí, que se han reunido con comerciantes y con la policía para buscar soluciones. “Debido a esta situación nos hemos reunido con Carabineros y algunos locatarios y vecinos del sector céntrico, donde carabineros nos manifestó que tendrán una mayor vigilancia en el sector, sumado a los inspectores de seguridad publica. Lamentablemente este tipo de acciones en varias oportunidades son consideradas faltas y no delitos, lo q limita el actual de la policía”, acota el administrador municipal Carlos Olave.

Quien también está complicada con el tema es Marcela Lira, propietaria del hotel Velvet. Según ella, el asunto es netamente un tema de seguridad pública y debe ser tratado en ese contexto. “Es un asunto de seguridad. Nuestros pasajeros salen, pasan familias y niños y son agredidos. Ellos les gritan improperios si no les dan dinero. A las jóvenes las persiguen. A las niñas que pasan con minifalda o shorts les dicen una serie de improperios y garabatos”, cuenta Lira, quien agrega que el asunto se torna más complicado entrada la tarde y la noche: “Hemos llegado a tener ocho personas que se drogan, belén, tienen sexo y hacen sus necesidades a vista y paciencia de todo el mundo. Cuando pasa la bulla nocturna se escuchan gritos, peleas, le tiran cosas a los autos que pasan. Por ejemplo, nuestro hotel, que tiene habitaciones hacia ese sector de Ansorena, no se pueden usar esas habitaciones”.

Sobre las soluciones, la mujer señala que han hablado con la municipalidad y Carabineros, pero que no hay resultados: “Nos dio risa cuando una vez pasó una patrulla y solo les dijeron ‘chiquillos pórtense bien’. Es muy complicado porque es un problema de seguridad pública y también de higiene”.

Quien agrega datos a la complicación es el administrador del Café Berlín, Raúl Rocha; quien concuerda que el problema se ha incrementado con el correr de las semanas. “Esto es un problema que más que a la cuadra, afecta a la ciudad en sí. Estas personas no están solamente en Ansorena, sino que en todo Pucón. Ellos se movilizan por Ansorena, O’Higgins; van a la playa y probablemente hagan cosas peores. Debería hacerse algo”, dice.

En los últimos días se ha visto al grupo con una cabra que pasean en un carro de supermercado. Según algunos testigos, cobran por sacarse fotos con el animal. El edificio que ocupan para pernoctar (la fachada en realidad) corresponde al ex casino. Por ahora no hay planes oficiales de lo que sucederá con la edificación; pero según algunas fuentes consultadas se estudian algunas inversiones para regularizar la edificación (hay varios propietarios del terreno) y darle un pronto uso comercial adecuado para al sector. 

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