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Emprendedor turístico pierde hostal por incendio, pero mantiene su fe: “Tenemos que darle para arriba”
Marcos Urra, propietario del complejo El Lleuque en Quetroleufu vio cómo en pocos minutos las llamas arrasaron con una edificación de 300 metros cuadrados de construcción. Pese a eso, espera recuperarse y continuar en el negocio.
El final de la temporada de verano tenía preparada una desagradable sorpresa para el dueño del complejo turístico El Lleuque, Marcos Urra (38). Un arrasador incendio consumió por completo un hostal de 300 metros cuadrados construido a orillas del río Trancura, en Quetroleufu.
La alarma de incendio a la que concurrieron las cuatro compañías de Bomberos Pucón y una de Curarrehue se generó pasadas las 9:30 hrs. de este jueves. Aún por razones que se investigan —aunque pudo ser un cortocircuito o una caldera que se sobrecalentó— las llamas no dieron tregua y en pocos minutos una de las primeras inversiones de la familia compuesta por Urra e Isabel Arriagada (más sus dos hijos pequeños) quedó convertida, literalmente, en cenizas. Pero el espíritu del matrimonio pareciera no estar quebrado por el hecho. Así, al menos, lo deja meridianamente claro el propietario en la entrevista que da a La Voz… minutos después de que el último carro de bomberos se fuera de su propiedad. Habla, literalmente, sobre las cenizas de lo que fue su hostal.
“Es un golpe duro, pero cuando uno está en este rubro estamos a merced de lo que nos pase: que un cliente te queme algo; un accidente o cualquier cosa. Pero estamos confiando en Dios que es el que hace las cosas. Gracias a Dios no hay pérdidas humanas que lamentar. El resto, se recupera”, dice Marcos Urra con confianza.
“Tenemos que darle para arriba —agrega— somos jóvenes y estas cosas materiales se recuperan. Es impresionante como el fuego en un par de minutos te arruina lo que construiste en varios años”.
Sobre las sospechas de lo sucedido, Urra sostiene que es un asunto que está en investigación de Bomberos, aunque maneja algunas sospechas: “Pudo haber sido un cortocircuito o la caldera que se sobrecalentó y pudo tirar alguna chispa que con los vientos y las hojas que se acumulan pudo haber agarrado, pero dependerá del informe”.
Por ahora, Urra espera que los seguros comprometidos estén a la altura y puedan pagar de manera rápida y poder iniciar la reconstrucción. Pero más que eso, sabe que el golpe es duro, aunque nunca definitivo para él. “Si hubiese habido una persona dentro hubiese sido otro tema. Lo material se recupera. La temporada ya se terminó gracias a Dios y no estamos al inicio que pudo haber sido peor en lo monetario. Estamos con ánimo y tranquilos. Son cosas que pasan, le pudo pasar a cualquiera y nos tocó a nosotros y a darle para arriba con todo”. Al cerrar la conversación, Marcos se despide tranquilo y de fondo se escucha una canción cristiana: “Levanto mis manos…”, dice una estrofa.