Persecución policial por las calles de Pucón termina con un ebrio que le quitó el arma a un carabinero y lo trató de matar con ella

El operativo se generó la madrugada del pasado martes 4 de abril cuando los uniformados intentaron controlar a un vehículo que huyó. Pese a que la pistola estaba cargada, no estaba lista para ser utilizada. Hubo tres detenidos y uno de ellos quedó en prisión preventiva. 

La historia pudo tener un final terrible y sumar una nueva víctima fatal a la seguidilla de asesinatos que ha sufrido Carabineros en los últimos meses. Pero la impericia y, probablemente, el estado de ebriedad del atacante evitaron un desenlace de luto. La historia, que se ha mantenido en estricta reserva de parte de la institución uniformada (al menos a nivel local) partió a eso de las 3:50 hrs. del pasado martes 4 de abril en los semáforos de calle Colo Colo. 

Fue en ese lugar que el carro policial en el que iban tres funcionarios quiso realizar un control preventivo a un vehículo marca Hyundai color gris. Esto, porque este último auto se había pasado un rojo en el semáforo, según se consigna en el parte policial. De acuerdo a los datos que maneja Carabineros y el Ministerio Público, el auto no hizo caso a las señales de que detuviera su marcha aún cuando el móvil policial se ubicó tras el Hyundai y le alertó por altoparlante y uso de las balizas que se detuviera. De ahí en más se inició una persecución por las calles de Pucón en la que el auto aumentó su velocidad y manifestaba una guianza zigzagueante, según se consigna.

Al llegar a la calle Urrutia, esquina con Ansorena el móvil perseguido baja su velocidad, lo que permitió a los uniformados hacer un control a los ocupantes. El chofer del Hyundai, de acuerdo a la información policial, se encontraba en un evidente estado de ebriedad y fue descrito como una persona con un fuerte hálito alcohólico, sin control de sus movimientos e incoherente al hablar. El hombre, identificado como Juan Pablo Merino, intentó huir nuevamente en el auto, porque el carabinero que realizaba el control trató de inmovilizarlo con sus manos y se inició un forcejeo. El problema es que Merino, según se indica en el parte, mordió al uniformado en uno de sus brazos y le dejó una herida de la que comenzó a salir sangre. 

Pero no fue lo único, la información apunta a que el hombre se abalanzó en contra de otro carabinero y logró arrebatarle su arma de servicio. Fue ahí cuando la situación se puso más compleja aún. Esto, porque el sospechoso apuntó a los policías y mientras los insultaba trató de dispararles y apretaba el gatillo. Lo bueno de todo, es que el arma si bien estaba cargada, no estaba lista para disparar. Esto duró, según  los datos policiales, alrededor de tres minutos. En ese intertanto los policías lograron maniatar a Merino, esposarlo y detenerlo. La información apunta, también, que el acompañante de Merino, identificado como Mauricio Vargas, intentó liberar al detenido, por lo que también fue aprehendido.

Pero hay más. De acuerdo a la información policial, desde una casa aledaña salió una mujer, identificada como Carolina Lewin, quien —según el parte— estaba en estado de ebriedad y trató de arrebatar a los detenidos del control policial. También fue detenida. La historia anterior fue confirmada, además, por el fiscal jefe de Pucón, Jorge Calderara, quien entregó detalles del procedimiento y de la situación procesal de los imputados.

“Hubo un procedimiento que derivó en tres detenidos, tres adultos, dos hombres y una mujer. Uno de ellos por conducción en estado de ebriedad sin haber obtenido su licencia, maltrato de obra a Carabineros porque le mordió el brazo a un funcionario que lo fiscalizó y además, según lo que dice el parte, le quitó el arma de servicio y lo apuntó con el arma y lo amenazó. Ese adulto (Merino) quedó en prisión preventiva formalizado por maltrato de obra a Carabineros, conducción en estado de ebriedad sin licencia de conducir y homicidio tentado a funcionario de Carabineros. Los otros dos fueron formalizados por amenazas en contra de Carabineros y atentado contra la autoridad porque intentaron quitarle el detenido a los funcionarios (y quedaron con cautelares menos gravosas)”, explicó Calderara. El juez de garantía local otorgó un plazo de tres meses para la investigación.