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Otoño y castañas asadas
*Por Andrés Yurjevic
Escribiremos más de nuestro hermoso y fértil otoño y probablemente el producto más conocido a nivel mundial es la castaña. La semilla del castaño es consumida hace años en Europa, donde hay preparaciones emblemáticas como el Marrón Glacé, que son castañas glaseadas en caramelo, predilectas de las damas florentinas y francesas del renacimiento; el otro es el Mont Blanc, en base a puré de castañas y crema batida y que debe su nombre al famoso monte francés.
En Chile, el puré de castañas y las castañas en almíbar son los usos más populares. Es, probablemente, uno de los resabios de esa pastelería tradicional casera, inspirada en las recetas de las monjas y que tiene un imaginario a gustos aprendidos por la clase alta en esos viajes a Francia pagados por el salitre a fines del siglo XIX y principios del XX.
Hay que reconocer, eso sí, que servirse un pocillo con puré de castañas y ponerle un par de cucharadas de crema Nestle, pero la de tarro, es de esas cosas buenas de la vida. Irlo mezclando de a poco, pero no del todo bien, cosa que se unan, pero que cada parte retenga su individualidad en esa cucharada mezquina que hace durar la experiencia y que devuelve ese pocillo en un grado de limpieza casi perfecto al que solo falta pasarle la lengua, cosa que no hacemos solo por pudor y respeto a las buenas costumbres aprendidas del “Manual de Carreño”.
Datos curiosos de las castañas: si buscan “puré de castañas” en Google les van a aparecer más resultados de versiones saladas, principalmente españolas que se usan como acompañamiento de carnes especialmente de caza. En Estados Unidos hace ya muchos años el tizón del trigo (plaga generada por un hongo) casi extinguió al castaño americano, árbol que había sido la base del sustento de los nativos americanos desde tiempos inmemoriales. Sus bosques se extendían por todo el este de ese país con arboles de mas de 30 metros de altura y fue en menos de 10 años que casi desaparecieron, hoy en día se trabaja en una especie genéticamente modificada y que podría ser autorizada a su re inserción en bosques silvestres.
Recetas de puré de castañas como de castañas en almíbar hay muchas y siendo honestos hay versiones comerciales muy buenas sin tanto trabajo, pero hay una manera muy popular de comerlas sobre todo en Europa y Estados Unidos que es asadas y que acá en Chile es prácticamente desconocida. Siempre me llamó la atención que en las películas, sobre todo esas de navidad del canal Hallmark que llenaban el cable en la segunda quincena de diciembre, se podía ver a a los protagonistas comprando castañas asadas de algún puesto en la calle en cambuchos de papel y las iban comiendo mientras caminaban. Cosas de culturas distintas que uno no termina de entender bien y que quedan guardadas en algún rincón de la memoria hasta que decidimos recurrir al manantial de información que es internet y ahí nos enteramos de esta manera de comer castañas que no teníamos registrada.
Las castañas asadas son bastante fáciles de preparar. Primero elija las más grandes que pueda encontrar, luego las limpia bien y con un cuchillo bien afilado. Es súper importante que lo haga con cuidado. Se hace una cruz tratando de cortar la segunda capa también, eso va a facilitar el pelado.
Caliente un sartén, luego baja la llama y sin llenarlo mucho agregue las castañas, ahora no es necesario moverlas todo el rato, pero si cada par de minutos para evitar que se tuesten mucho, todo el proceso toma de 20 a 25 minutos aproximadamente.
Las pasas a un plato, esperas a que se enfríen un poco, las vas pelando y comiendo al tiro, quedan ricas, con un textura y un dulzor distinto a las castañas cocidas que estamos acostumbrados, ideal para un día de invierno con lluvia, sin mucho que hacer mas que tomar mate y comer castañas.