Simulacro de emergencia volcánica

Durante la semana conocimos, a través de incipientes comunicaciones a través de redes sociales, de la realización de un nuevo simulacro de emergencia volcánica en Pucón. Y tuvimos más antecedentes luego de conocerse una carta en la que los gremios del turismo planteaban sus aprehensiones de realizar la actividad en una fecha tan sensible para el rubro turístico, ya que es el tiempo en que se hace efectiva la toma de decisión sobre los destinos de quienes saldrán en época estival para pasar vacaciones.

Y lo anterior no es menor, ya que es evidente el impacto que generan, principalmente, los medios de comunicación capitalinos en los temas referentes al volcán. Esto, porque la búsqueda de las imágenes del macizo con la lava fluyendo desde el cráter marcan los minutos que se le dan a las noticias de este tipo. Y esto, obviamente, trae consecuencias en quienes definen el lugar para pasar sus vacaciones. Nadie quiere ir a un sitio en el que un volcán está “a punto” de hacer erupción. Sobre todo en un país con tan poca educación sobre el manejo de los riesgos y de la convivencia con lugares de enorme belleza natural, pero expuestos a contingencias como las que hemos vivido en el último año.

Y a lo anterior hay que agregar las, a veces, erráticas decisiones de algunas de nuestras autoridades quienes, al parecer, buscan valiosos minutos en televisión para impulsar sus prometedoras carreras políticas. Es decir, hay también un riesgo de sobrealertar a la comunidad y a los potenciales visitantes y en los tiempos de crisis en los que vivimos cualquier movimiento en ese sentido podría tener un impacto negativo muy profundo. 

Es por eso es que si bien entendemos que la naturaleza del ejercicio es prepararnos para algo que podría ser pronto, el año que viene, en una década o en cien años; también hacemos un llamado a nuestras autoridades para que actúen con mesura y puedan informar de la manera correcta. Seguro saben cómo hacerlo, son expertos en eso.