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La alerta naranja del volcán Villarrica

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La imagen fue captada desde la zona de Los Nevados la noche el 10 de septiembre. (Fotografía Javier Sepúlveda, Pucondrone).

* Por Cristian Farías (@cfariasvega), geofísico.

El volcán Villarrica está en Alerta Naranja. Esto significa que está bastante inestable, por lo que seguramente está teniendo ya explosiones pequeñas en el borde del cráter. Como ha estado nublado estos días no lo hemos podido ver (hasta hace pocas horas), pero las señales sísmicas que está mostrando indican algo en esa línea, según nos ha contado el Sernageomin. Todo esto que está ocurriendo es parte de un proceso que viene, al menos, desde Julio de este año. En esa ocasión se pudo ver que el lago de lava que rellena el conducto del volcán estaba bastante cerca de la superficie. Por esa época, además, el OVDAS se dio cuenta de que el volcán no estaba en su estado base en cuanto a las señales que estaba enviando, de modo que definió subir el nivel de alerta a amarilla. Y, como las explosiones hicieron que trozos de roca cayeran a unos 300 metros del cráter, a una velocidad de unos 200 km/h, entonces definieron también reforzar la zona de exclusión a los 500 metros que tenía hacía más de un año. Lamentablemente, diversas denuncias aparecieron, mostrando que diversas empresas de turismo local no estaban cumpliendo con esto, y llegaban al borde del cráter igualmente. Por fortuna para ellos, el nivel del lago de lava bajó, de modo que las explosiones no lanzaron piroclastos que hayan producido daño a alguien.

Pero en los últimos días hubo un cambio. Y fue muy notorio. Verán, un volcán como el Villarrica hace vibrar su edificio de forma bastante seguida. Como tiene este conducto abierto con su lago de lava que lo rellena en gran parte, los gases que vienen desde las partes más profundas encuentran que pueden salir muy fácil, así que generan explosiones, rompiendo parte del magma en el camino. Todo esto genera vibraciones ligadas, claramente, a la dinámica del magma del volcán. Además, estas vibraciones son acompañados por una especie de “ronroneo” de parte del volcán, que en un sismograma se ve como una señal continua que se llama tremor de fondo. Estos últimos días la cantidad de sismos ligados a la dinámica de fluidos se incrementó bastante, y además aparecieron vibraciones de magnitud relativamente alta, que nos dicen que el volcán está definitivamente inestable. Además, estas señales sísmicas también nos van diciendo que el lago de lava debe estar muy superficial, y para que eso ocurra tiene que haber una presión interna alta que lo sostenga bien arriba. No es que alguien le esté “dando color” o que esté buscando perjudicar a nadie: simplemente el volcán está bastante inestable. Y no nos podemos hacer los desentendidos con eso.

Entonces, ¿qué puede ocurrir ahora? Hay dos escenarios: o el volcán de a poco vuelve a estabilizarse, lo que se podría ver con que los sismos que genera vuelvan a lo normal para él, o que se desestabilice aún más, llevando a una potencial erupción más grande. Hasta el momento el OVDAS está contemplando que el peor escenario sería una erupción como la del 2015, ya que no hay evidencia aún de que exista alguna inyección de un gran volumen de magma fresco desde partes más profundas. Sin embargo, aun una erupción pequeña como esa puede llevar a muchos daños. Esto, porque puede producir lahares (aluviones volcánicos) que aprovechen la gran cantidad de hielo que hay en el volcán ahora, y avancen con fuerza a través de los valles de los ríos que salen del volcán. Por supuesto, eso no sería problema si es que no hubiésemos construido encima del paso de ellos. Por lo tanto, la exposición de la zona a lo que pueda hacer el volcán es muy alta. Pero de nuevo, no es tan fácil predecir lo que va a hacer. Ahora mismo que se dejó ver estamos viendo explosiones menores, que lanzan material incandescente a unos cientos de metros del cráter. Todo dentro de lo que se espera en una alerta naranja.

Pero nos quedan desafíos, y desafíos de los que quizás haya que hacerse cargo luego. Porque una erupción volcánica lo que hace es desnudar nuestras falencias. Ahora mismo hay que estar atentos a lo que diga el Sernageomin en términos del monitoreo volcánico, y tener un buen canal de comunicación con las autoridades y los encargados de emergencias, en caso de que haya que ejecutar algún plan de evacuación. Además, hay que conocer bien los lugares donde ir y, sobre todo, no entrar en pánico. Puede que no pase nada. Y si pasa algo, no nos puede ganar el miedo. Se puede, siempre y cuando nos apoyemos entre todos. Juntos somos fuertes.

 

* Cristian Farías es doctor en Geofísica de la Universidad de Bonn en Alemania, y además director del Departamento de Obras Civiles y Geología de la Universidad Católica de Temuco.

 

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