El complejo (y quizás largo) camino para “sacarle el candado” al cráter del volcán Villarrica

• Todas las rutas apuntan, por ahora, a generar una norma especial que regule la actividad en montañas con características especiales relacionadas al turismo como el macizo local. Pero esto podría tomar tiempo. 

“Cuando haya una erupción se van a morir los que se tienen que morir”. La desafortunada frase de uno de los asistentes marcó, de alguna manera, la reunión que sostuvieron la mañana de este miércoles (en el Hotel Enjoy Pucón) un grupo de guías de montaña y dueños de agencias de turismo con autoridades locales y regionales. ¿El objetivo? Poder bajar la restricción (“sacarle el candado”, como señalan algunos actores locales) que pesa sobre el cráter del volcán Villarrica y que sólo permite la llegada hasta 500 metros antes de la cumbre. Esto, desde noviembre del 2022 cuando el macizo subió a alerta amarilla en el sistema de protección que lidera el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) en base a los elementos técnicos que aporta el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). 

El punto es que la frase en cuestión (dicha por un guía) llamó la atención porque mostró, de alguna forma, la distancia que existe entre quienes están a cargo de los organismos estatales encargados de la prevención y los que promueven la apertura. Y por ahora ese espacio parece ser amplio. Sobre todo luego de la promulgación de la nueva Ley (21.364) que regula el sistema preventivo en el país. Y ésta establece elementos claros y objetivos de carácter técnicos para bajar o subir restricciones en caso de amenazas. El punto es cómo se puede compatibilizar los intereses de un mercado turístico que está muy al límite con los de la seguridad y los que deben velar y, eventualmente, responder por ella. 

Según el seremi de Economía, Nelson Curiñir, esto es algo que es posible, pero se debe trabajar duro en ellos con todos los actores. “Este es uno de los grandes desafíos que tiene esta mesa que acabamos de instalar hoy día, la que busca compatibilizar la continuación en el uso del volcán, que es un atractivo para la comuna, ya que el 90% de los ingresos proviene del turismo acá, y de ellos una parte importante viene del volcán. Por lo tanto es necesario realizar esa compatibilización”, sostuvo Curiñir.

El asunto es que lo anterior no parece ser muy sencillo. Esto, principalmente por la ya citada norma legal. Por lo mismo pareciera ser que la salida va por un camino un poco más largo: sacar al Villarrica de la política nacional de volcanes. Es decir, generar una norma especial para regular un macizo con las características geomorfológicas y turísticas que posee la montaña. Y esto con una serie de protocolos y exigencias especiales que deben cumplir las agencias y los turistas interesados en la aventura. Así al menos lo planteó el miembro de la dirección de Riesgos y Desastres de la municipalidad, Esteban Bakit, cuando le tocó dirigirse a la audiencia. En ese sentido Bakit sugirió hacer una solicitud formal mediante una carta en la que se le pidiera esto a las autoridades. Y la sugerencia encontró una favorable acogida en el resto de la audiencia.

“La parte económica está muy crítica en Pucón y si no hay una temporada de volcán muchas agencias y locales van a quebrar. Yo espero que podamos conseguirlo mediante los protocolos actualizados de los que hablamos. Y también tenemos que crear conciencia en el sentido de que tenemos que aceptar un poco el riesgo. Hay que subir el nivel”, sostuvo Rodrigo Escobar, organizador y vocero del movimiento de los guías. En todo caso, Escobar tiene claro que la Ley es bastante rígida en ese sentido: “Es bien difícil hacerlo y tratar de hacer una excepción respecto de eso no es fácil. El camino más largo (crear una norma especial para el volcán) es el que puede permanecer a través del tiempo y esto es algo que venimos peleando siempre. Esperamos lograr un acuerdo que nos permita trabajar esta temporada minimizando los riesgos con protocolos”.

Por ahora se establece seguir caminos paralelos. Por un lado presionar para que quienes tomen las decisiones hagan una excepción con el Villarrica y por el otro trabajar en crear una norma especial para los macizos turísticos. De lograrse, esto último debe venir con inversión estatal para generar protocolos especiales, edificar refugios anti piroclastos (piedras de lava que expulsa el volcán), observación, equipos, seguros de rescate, entre otros. La idea, obviamente, es compatibilizar el riesgo y los intereses económicos.