11/09: políticos desconectados

Cuando estamos a pocas horas de la conmemoración del cincuentenario del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973; hay una serie de lecturas que se pueden hacer en el contexto de la fecha y todo lo que se ha vivido en torno a ella en los últimos meses. La primera de ellas es que no es posible bajo ningún escenario llegar a un relato único (como varios lo desean) sobre las razones del por qué del quiebre institucional de hace 50 años. Es más, nos parece que debemos asumir que es tarea de los historiadores definir los elementos que puedan explicar el por qué vivimos el ascenso del poder militar por sobre el civil.

Otro elemento que llama la atención es que, luego de medio siglo, este es un tema de los políticos que, lamentablemente, pareciera no haber aprendido las lecciones de la historia y se han pasado los últimos meses discutiendo sobre elementos en los que nunca tendrán consenso. El problema de esto es que el acalorado debate que consume espacio virtual, horas de televisión y páginas en los diarios (en PDF por cierto) se ve muy lejos de los intereses de la gente común y corriente.

Y lo anterior no es menor. De hecho la última encuesta Activa Research muestra que sólo uno de cada cuatro chilenos está interesado o muy interesado en el tema del Golpe de Estado. A eso hay que sumar que el 70% (tres cuartas partes) considera que el asunto divide a los chilenos, en el escenario de un país que vive una compleja polarización política. Todo esto en el contexto de problemas complejos que vive el país como la delincuencia, la crisis económica que trae un alto costo de la vida o la contingencia provocada por los temporales de invierno y lo que viene con el fuego de los incendios forestales en el verano. 

La verdad es que en todo este proceso valoramos el impulso del Presidente Gabriel Boric de, al menos, tratar de buscar mínimos comunes como que la violencia nunca será el camino para conseguir objetivos políticos: no lo era hace 50 años y tampoco lo era en octubre de 2019 cuando con el denominado “estallido social” varias ciudades del país ardieron en un bacanal de fuego y desorden. Otra definición que valoramos apunta a que cuando las crisis democráticas se solucionan con más democracia y no con la fuerza de las armas. Esperamos la verdad que nuestros políticos asuman con responsabilidad el mensaje y avancen, evolucionen y maduren en pos de servir a la patria que dicen amar. Que estos 50 años no sean en vano y que en los que vienen podamos, por fin, proyectarnos al futuro más que profundizar heridas del pasado.