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Dura carta de directores municipales: imputan acoso laboral y delitos de injurias y calumnias al concejo
La misiva fue leída en la tradicional reunión del día miércoles y si bien no dan nombres, se supo que las acusaciones apuntan al denominado “bloque opositor” de cuatro ediles.
Fue una especie de llamado a la paz, luego de una acción de guerra. Eso, porque si bien el alcalde Carlos Barra soltó palabras suaves para llamar al diálogo, la bandera de ataque ya había sido clavada. Todo esto en el contexto del último concejo municipal en el que la abogada jefa de la Unidad Jurídica del principal organismo público local, Bhama Zúñiga, leyó una dura carta firmada por todos los directores de la entidad en contra del concejo municipal, al que acusaban (sin especificar nombres) de una serie de actuaciones que catalogan como “acoso laboral” e, incluso, delitos de injurias y calumnias con publicidad.
“Los directores que suscriben venimos en manifestar nuestra preocupación y molestia, respecto de conductas y actuaciones de algunos integrantes del concejo municipal que han venido sucediendo ya de un tiempo a esta parte y que importan actitudes que para los suscribientes, como también para muchos otros funcionarios del municipio configuran legalmente acoso laboral, menoscabo de las labores en casos por todos conocidos, resultan ser actuaciones dolosas que configuran el delito de injurias graves con publicidad”, se lee en el primer párrafo de la carta de tres páginas.
Luego de eso, la misiva relata que siempre han tenido buenas relaciones con concejos anteriores, no siendo con el actual lo mismo: “Con el actual concejo municipal la armonía y el respeto hacia los funcionarios del municipio ya no es un común denominador, muy por el contrario, todos hemos sido testigos y muchos de nosotros víctimas directas de actuaciones desmedidas de parte de algunos integrantes del concejo municipal, que sin argumentos de fondo, sino que usando la herramienta de la denuncia fácil, en sesiones online o por redes sociales y sin otorgarnos el derecho a la legítima defensa, se nos enloda en nuestro buen nombre, se nos ha descalificado, produciendo con ello un grave atentado en contra de nuestra honra, con efectos en el ámbito profesional y también personal y familiar”.
La carta también profundiza en que el tema de la molestia no es solo de los directores municipales, sino que también de los funcionarios que hay detrás. “Los funcionarios se sienten molestos, están incómodos con un trato al que no están acostumbrados, esta carta es una prueba de nuestro malestar. No somos todos los afectados los que suscribimos, en estas letras y detrás de estas firmas son muchos los funcionarios que se sienten interpretados y representados”, sostienen.
El tema no es menor. Y de hecho, algunos funcionarios contactados por este medio dan cuenta de un ambiente complejo al interior del municipio por una serie de denuncias que, según ellos, no tienen mayor fundamento. De hecho, y tal como lo especifica la carta, algunos directores están mirando con mucha seriedad la posibilidad de interponer querellas por injurias y calumnias. El punto es que si bien conocen que la acción penal de carácter privado no es fácil de configurar y que llegue a un resultado condenatorio (se debe demostrar el “ánimo de injuriar o calumniar”), sí marcaría un hito en la relación entre el actual concejo y los directores. Lo mismo en el caso de una acción administrativa, ya que si bien podría generarse una investigación sumaria, los concejales no tienen dependencia administrativa para ser sancionados. Una tercera arista de acción es una demanda laboral en contra de la municipalidad, una figura compleja tomando en cuenta que son directores de la misma municipalidad.
Otro elemento que llamó la atención de la carta es que no especifica nombres. En todo caso, las mismas fuentes consultadas apuntan en general a los miembros del denominado “bloque opositor” compuestos por los concejales de izquierda Daniela García, Ricardo Cortés (PC), Verónica Castillo (CS); más el UDI Armin Avilés; aunque enfocan en los últimos dos como quienes —según las fuentes— traspasados con mayor periodicidad los límites de lo aceptable en las críticas e imputaciones. Si bien los concejales no quisieron hablar para esta nota, en la misma reunión se refirieron al tema. Algunos se desmarcaron de las imputaciones; otros apuntaron directamente a un intento de amedrentamiento en el contexto de las fiscalizaciones que realizan.
Por ahora resta saber los efectos de la carta y los alcances del llamado al diálogo del alcalde. El golpe ya fue dado y es un hito tal como fue la remoción del ex administrador municipal, Rodrigo Ortiz. Si el conflicto escala, el próximo paso va por las acciones legales o administrativas de parte de los directores. Si, por el contrario, se aplaca en el diálogo, hay que observar el seguro rayado de cancha y los términos de la capitulación. Eso, hasta un nuevo round. La historia continuará.
La carta
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