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Sumario por violación revela que autoridades de Carlos Holzapfel fallaron en pesquisar profundidad del consumo de drogas del ahora condenado

La Voz… tuvo acceso a la investigación administrativa por el complejo caso y los testimonios apuntan a eventuales negligencias de directivos del establecimiento educacional que no lograron dimensionar el problema de adicción a sustancias que el victimario tenía. Todo esto, más de un año antes de que se conociera la denuncia por el delito. La municipalidad podría estar expuesta a una millonaria demanda por no resguardar la integridad física y psicológica del menor víctima.

Hace casi un mes se conoció la condena al ex auxiliar del Complejo Educacional Carlos Holzapfel (CECH), Alejandro Riquelme. El ex funcionario fue sentenciado a cuatro años y medio de presidio efectivo luego de ser encontrado culpable del delito de violación impropia en contra de un menor, en un caso que se hizo conocido en noviembre de 2020. Pero ahora resta conocer si la familia de la víctima iniciará acciones civiles reparatorias en contra del Departamento de Educación Municipal. Es decir una demanda por varios millones de pesos por la eventual responsabilidad que pudo tener el establecimiento público al no resguardar la integridad del menor víctima de los hechos denunciados.
Y en ese contexto La Voz… tuvo acceso al sumario administrativo que revela una serie de situaciones anteriores a que el caso se hiciera público a principios de noviembre de 2020. Específicamente en la pesquisa que se hizo más de un año antes de la denuncia por violación, la que apuntaba al consumo de marihuana que el ahora condenado reconoció —en primera instancia— hacer en el ámbito de su vida privada. A lo largo de la investigación administrativa se muestra cierta laxitud en la valoración del hecho y la tendencia, al menos así se aprecia en las declaraciones, a minimizar el asunto. Luego quedaría establecido por declaraciones del mismo Riquelme que éste consumía otras drogas duras, transportó hierba en el establecimiento y que también la fumó en las instalaciones del colegio con otros alumnos.
Los antecedentes comienzan a saltar a la vista en la declaración de la, en ese entonces, directora del establecimiento, Patricia Arratia. Ella señala que en 2019 realizaron una investigación interna que arrojó que “sí había consumo de marihuana fuera del establecimiento de forma esporádica”. Al consultarle el sumariante el por qué no se aplicó el protocolo del CECH respecto al consumo de drogas, Arratia respondió: “Se conversó con cuatro asistentes de la educación, dos de los cuales negaron lo que se les consultaba y dos respondieron que sí tenían consumo de marihuana, pero no en el establecimiento, en sus casas el fin de semana. Se activaron los protocolos con la dupla psicosocial y yo en forma oral le informé lo sucedido a don Alejandro Durán (director de Educación Municipal) por lo que tomamos ciertos resguardos con el fin de concentrarnos en la reparación más que en la sanción”. Uno de los que reconoció el consumo era Riquelme, agregó la misma ex directora.
Quien entregó más antecedentes es Róbinson Gutiérrez, quien al momento de la indagatoria administrativa oficiaba de encargado de convivencia escolar (aún sigue en el cargo). El funcionario sostuvo que se hizo una investigación luego de que “alguien” señalara que había un asistente de la educación que consumía marihuana. Según Gutiérrez sí se aplicó el protocolo interno respecto de estos casos y que se aclaró que Riquelme consumía marihuana, pero lo hacía en el ámbito de su privacidad.
En esta entrevista el investigador del sumario por abusos sexuales le preguntó específicamente a Gutiérrez si en esa investigación hubo alguna derivación o consulta a la red local como Senda Previene (organismo encargado de la prevención del consumo de drogas), Fiscalía o a la PDI, a lo que el funcionario sostuvo que no lo hicieron porque lo consideraron como uso y consumo dentro de su ámbito privado. Agregó que no había elementos para sostener consumo al interior del colegio. Más adelante y ante la consulta específica sobre por qué no hubo denuncia a la justicia, Gutiérrez respondió: “Porque estábamos a fin de año, cerrando un año escolar y ya que él era un buen trabajador se (ilegible en el documento) darle otra oportunidad”.
Ante la consulta de si se analizó la situación o el escenario que si Riquelme consumía fuera del establecimiento podría provocar un daño a los menores, Gutiérrez señaló: “Si lo conversamos y le indicamos la gravedad de la (ilegible en el documento), pero él dijo que lo hacía los fines de semana y en su casa”. Sobre si se pusieron en el caso de que Riquelme pueda estar mintiendo, el encargado de convivencia escolar señaló que siempre partían de la buena fe.
La confesión de Riquelme
Pero los dichos de las autoridades del colegio, necesariamente, deben ser contrastados con la declaración del mismo Riquelme; quien antes de ser detenido entregó un descarnado testimonio que mostraba que el problema de las drogas era mayor que el solo consumo de marihuana en la casa particular como lo declararon Arratia y Gutiérrez. El testimonio, entregado el 10 de noviembre de 2020, muestra una serie de elementos que apuntan a un consumo más profundo y que de haber sido pesquisado en su momento (y separar al funcionario por el riesgo hacia los menores) quizás hubiese evitado los ataques sexuales posteriores.
Ante la pregunta del consumo de drogas, el ahora condenado señaló: “Sí, harto tiempo desde la enseñanza media. Ahí comencé con la marihuana, este año probé unos hongos alucinógenos y el LCD en una oportunidad y también cocaína”.
Sobre si había compartido drogas al interior del CECH, la respuesta de Riquelme también fue positiva. “Sí, en dos oportunidades. Yo siempre iba al colegio con un poco de droga en mi cuerpo, la mayoría de las veces que fui a trabajar estaba con estupefacientes”, sostuvo el ex auxiliar. Sobre si consumía al interior del establecimiento, la respuesta también fue un sí: “En una oportunidad, habían unos varones en el baño de atrás de los hombres de educación media el año 2018, estaban saliendo de cuarto medio. Eran cuatro (entrega los nombres). Yo iba a hacer los aseos y encontré un olor muy fuerte y en seguida les dije ‘cabros qué están haciendo’, ellos me ofrecieron y yo probé, después de eso les dije que se fueran y yo también me fui a hacer otras cosas”.
Otro elemento que llama la atención es el conocimiento que tenía la directora de la situación. Todo por comentarios en torno a que había olor a marihuana en una bodega. Esto en 2019. Ahí Alejandro Riquelme señaló que transparentó su consumo de la hierba a Patricia Arratia y a Róbinson Gutiérrez. “Cuando me preguntaron a mí les dije que no encontraba olor así como ellos lo presentaban, pero sí puede ser de mi ropa que salga olor porque yo soy consumidor, y asó como ustedes fuman cigarros y andan pasados a cigarrillo, yo también puedo estar pasado a marihuana. Sentí después de eso que todos mis colegas sabían eso de mí, pero nadie me había dicho nada. Me hicieron muchas preguntas entre ellas si consumía en el colegio y en esa oportunidad les dije que no, aunque lo hacía en muy poca cantidad a veces”, señaló el ex auxiliar, quien agregó que se enteró de que hubo una investigación al respecto, aunque no lo notificaron de alguna decisión.
En el párrafo siguiente, el sumariante le preguntó a Riquelme si alguna vez anduvo con marihuana en su ropa: “Sí. Una vez la tía Paty (no especifica si es Patricia Arratia) me preguntó si andaba trayendo marihuana y le respondí que sí, un gramo, medio gramo más o menos. Le dije que es de consumo personal, así como usted anda con su cajetilla de cigarros yo ando con mis implementos de consumo personal”.
Sobre si compartió o vendió algún tipo de droga en el CECH, Riquelme también respondió positivamente: “Sí. Compartí con dos alumnos de básica, parece que estaban en séptimo. Con ellos manteníamos una relación de amistad y conversando en una oportunidad me preguntaron si tenía y les dije que sí, entonces les di, pero no sé si fumaron en el colegio. Yo no fumé con ellos”.