Covid: nada ha cambiado 2

Cuando a mediados de agosto nuestra región entró a Paso 4 del plan de desconfinamiento del gobierno en el contexto de la pandemia de coronavirus; La Voz…  publicó una editorial titulada “Covid: nada ha cambiado”. Y en ella señalábamos, a grandes rasgos, que independiente en la fase o paso que estuviésemos, el virus seguía latente y que, en el fondo, había que mantener y extremar los cuidados para evitar rebrotes o complejas recaídas que pudieran significar retrocesos, gente enferma, fallecimientos y un daño económico de proporciones a nuestra comunidad.

Pero parece que la editorial no se entendió mucho. O al menos fue olvidada rápidamente. Esto, porque en La Araucanía estamos viviendo un proceso del que alertamos en su oportunidad: las barreras se relajaron, los cuidados personales también y los contagios aumentaron. Nuestra vecina Villarrica comenzó una vorágine de contagios que la tiene en Paso 2 y con medidas restrictivas complejas que implican una cuarentena efectiva los fines de semana. Otras 10 comunas en la región, (entre ellas Temuco y Padre Las Casas) volvieron a la misma condición. Y seis están, derechamente, en una cuarentena total. 

Es acaso una obviedad decir que las restricciones traen complejidades externas y golpean directamente a las áreas más sensibles del desarrollo económico en nuestra Zona Lacustre. Y, pese a que Pucón aún está en Paso 4; nada nos asegura que el camino que tomó Villarrica y otras ciudades no sea el mismo que tengamos que transitar, malamente, nosotros.

Por lo mismo, el llamado es a extremar los cuidados. Evitar las reuniones masivas, las fiestas con externos, los eventos sociales y cualquier cosa que nos pueda exponer a la propagación del virus. Y, por cierto, el uso de la mascarilla y el lavado de manos frecuente que, por ahora, es la barrera más efectiva en contra del Covid-19. Esto, porque tal como lo dijimos en la editorial anterior, nada ha cambiado para nosotros. El virus sigue afuera y amenaza nuestra forma de vivir, de relacionarnos y de desarrollarnos. La única vacuna efectiva, por ahora, está en nosotros: autocuidado extremo.