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Concejala Daniela García: “No creo en la violencia ni en la falta de respeto”

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La edil abordó una serie de situaciones en su quehacer político, entre ellas el reciente conflicto con los directores municipales. Además, a casi un año de asumir, hace una evaluación profunda en la acción, el rol y denominación del llamado “bloque opositor” y también hace una proyección de su futuro en la contingencia local. 

La concejala Daniela García (42), pese a venir de una familia con profundas raíces políticas de partidos institucionalizados, remarca siempre que es independiente. Y lo hace porque pareciera que eso tiene una segunda derivada: permanentemente recalca que actúa bajo sus propios principios y no los que le pueden imponer desde un comité central o algo parecido. Y ahora, luego de un año de concejalía, un embarazo algo inesperado y una interesante proyección en la izquierda local, la concejala García entrega algunas definiciones en esta entrevista que entrega a La Voz…. Aborda varios temas, desde su integración en el denominado “bloque opositor” hasta la última crisis que se vivió al interior de la municipalidad, luego de la queja de los directores por lo que consideraban malos tratos de algunos ediles. Estas son sus definiciones.

— Si se pudiera hacer un resumen, ¿cómo evalúas este período en la concejalía?

“El primer semestre fue más bien de aprendizaje y de instalación. Recién ahora, en este semestre, ya estoy encontrando el lugar desde donde quisiera aportar y participar más. Pesquisando las áreas donde corresponde ser enfática en la fiscalización y cuáles son las áreas donde no le corresponde a los concejales fiscalizar. Todos esos ejercicios ya se fueron aclarando y este año me siento muy energizada para empezar a trabajar, en proponer y en ayudar a cumplir el rol fiscalizador con más profesionalismo y ya no tan agobiada por todo lo que había que aprender. También está la experiencia de ser una persona pública y la presión que todo eso implica. Ya este año no lo siento tanto”.

— Hablas del rol fiscalizador y mencionas que existen áreas que se pueden fiscalizar y otras que no y también hablas de una fiscalización más profesional. ¿A qué te refieres con eso?

“En el fondo el concejal no es un fiscalizador en el sentido que se puede ver en las personas que contrata el municipio para fiscalizar patentes, construcciones y cosas así. Y a veces se confunde un poco, porque para la ciudadanía y para mucha gente el título es el mismo, pero las áreas de fiscalización son muy distintas. Pero el concejal no es contratado por la municipalidad para hacer esa fiscalización, sino que más bien es contratado por el Estado para fiscalizar la gestión del alcalde, quien es la autoridad máxima de todos sus departamentos. Entonces la fiscalización del concejal es la gestión propiamente tal en un nivel alto de gestión por decirlo de alguna manera. Y creo que, a veces, nos confundimos un poco. Y las expectativas de la ciudadanía también, a veces, se confunden porque hay límites en las áreas donde el concejal puede entrometerse y considerarse con el derecho de fiscalizar”.

— ¿Puedes ser un poco más específica en la frase “nos confundimos un poco? ¿A qué te refieres específicamente con eso?

“En el fondo tiene que ver con muchas de las cosas que los ciudadanos pueden percibir como el taco o la basura. Cosas que, en el fondo, están a la vista de los ciudadanos, pero que el concejal no es el que tiene que fiscalizar si se recogió o no la basura; lo que el concejal tiene que hacer es revisar la gestión del departamento encargado de eso en su totalidad y el rol que cumple el alcalde en fiscalizar el bien hacer de ese departamento. Es como el nivel donde el concejal tiene que intervenir”.

— ¿Crees que en este nuevo equipo de concejales se ha caído en eso, en fiscalizar cosas que no pueden fiscalizar? 

“En el fondo estamos todos tratando de hacer lo mejor que podamos. Y esto lo mencioné a raíz de la pregunta de la experiencia de este año. Y en este año yo he podido identificar mejor cuáles son las áreas donde realmente corresponde que yo ponga mi atención, tiempo y energía para hacer un ejercicio de fiscalización profunda y dónde no me compete. Creo que la confusión la tenemos todos los ciudadanos porque no es tan claro el límite”.

— ¿Ha habido excesos de parte de los concejales en fiscalizar cosas que no son fiscalizables?

“Hay un dicho que dice ‘lo que abunda no daña’. Yo creo eso. Las tensiones que han habido claramente han tenido que ver más con la forma que con el ejercicio de fiscalización propiamente tal. Eso es lo que la carta decía”.

— ¿Estamos hablando de la carta que hicieron pública los directivos…?

“Claro. O de las conversaciones sobre la tensión que hacen que me preguntes si yo creo que ha habido un exceso. Creo que más que un exceso, pareciera ser que el problema tenía que ver más con la forma que con el ejercicio de fiscalización”.

— Ya que entraste a esta área, te consulto cómo tomaste esta situación. De hecho, fuiste la única del “bloque opositor” que se reunió con los directivos para dialogar el tema…

“Pasa es que siento que mi posición es transversal, porque personalmente no creo en la violencia ni en la falta de respeto y eso es para todos y en todas las circunstancias. Entonces, en ese contexto, si había una acusación de maltrato y violencia en cualquiera de sus formas y de cualquier persona, obviamente, mi primera intuición fue atender a ese llamado y solicitar que se investigue y que se haga lo que había que hacer. Y si era yo (como no tenía nombres esa carta), me puse al tiro a disposición para ser investigada. Entonces, mi postura tuvo que ver, en primera instancia, en si había vulneración o si había algún grado de violencia en nuestra institución y si había, tenía que ser investigada. Y después llegó el llamado al diálogo. Y la verdad es que yo no tuve dudas de ir (a la reunión con los directores municipales), porque para mí el diálogo es fundamental para la construcción de tejido social y para la construcción de inteligencia colectiva. Son ejercicios fundamentales que se han ido perdiendo cada vez más. Y con la misma tecnología lo estamos perdiendo, incluso, entre amigos y familiares. Entonces, un llamado al diálogo para mí es transversal viniendo de donde venga y en el contexto que sea, mi principio está en el diálogo y en la no violencia”.

— ¿Fue un error de parte de tus colegas concejales no asistir?

“Siempre dije que yo quería ir y era importante que yo manifestara mi intención que hice en concejo de pedirle al alcalde que se hagan las investigaciones que se tenían que hacer. Mi primer requisito era que se hiciera el ejercicio de la investigación que había que hacer y eso, lo dije textualmente, corría para todos. Es decir, si nosotros como organización vamos a atender a este llamado de maltrato y violencia, eso significa que vamos a atender a todos los llamados y que vamos a tener un buen protocolo para atender a todos esos llamados. Como municipio, asumir este desafío significa asumirlos todos. No podemos discriminar en que vamos a pescar algunos y no vamos a pescar otros. Entonces, es un desafío profundo y un compromiso que el alcalde tendría que asumir. Y después fui muy transparente y clara en que estoy por el diálogo. Imagínate vivir en La Araucanía y no estar por el diálogo…”.

— ¿Entonces tus compañeros concejales que no fueron, no están por el diálogo?

“Creo que en espíritu sí, pero entiendo que no estaban de acuerdo con las formas. Me parece que esa fue la razón principal. Prefiero no hablar de parte de ellos, porque cada uno tendría sus razones…”.

— Reitero, ¿consideras que fue un error de parte de ellos no ir a esa reunión?

“No. Son decisiones de cada uno. Para mí el diálogo y la no violencia es el principio que trasciende…”.

— ¿Te sentiste cuestionada por ir, por ser la única concejal opositora en ir?

“No explícitamente por lo menos. Pero yo sentía muy claramente dentro mío que eso era lo que yo, en mí coherencia personal, quería hacer y al final del día uno se va a acostar consigo misma y se muere consigo misma . Y para mí, ser coherente con lo que creo es fundamental”.

— En algún momento en esta entrevista dijiste que no crees en la violencia ni en la falta de respeto y también pusiste énfasis en las formas, ¿crees que ha habido violencia y falta de respeto en las formas de la fiscalización?

“Creo que aquí lo importante no es lo que yo crea, sino que lo importante en torno a todas las formas de violencia es que en el momento en que una persona se siente vulnerada, esa persona tiene que ser atendida. Entonces, si hay una carta que está llamando la atención de que se siente de alguna forma particular, eso tiene que ser atendido con la investigación correspondiente. No me corresponde a mí juzgar si hubo violencia o no, para eso están las personas responsables de hacer ese tipo de investigación”.

— Pero estando en la interna, te puedes hacer una opinión (de si hubo o no violencia)…

“Sí, pero no me quiero referir a eso porque no he estado involucrada en ninguno de los conflictos”.

— En este año, también se dio un inédito escenario dentro del concejo, ya que por primera vez en la historia Carlos Barra tuvo un concejo con mayoría opositora. De hecho en este medio lo motejamos como “el bloque opositor”. ¿Cómo ves la evolución de este bloque que es variopinto (hay un concejal UDI y otro del PC) y transversal?

“Creo que justamente el que sea tan variopinto lo disuelve en su concepto de ‘bloque’ porque para ser un bloque tienes que ser un ladrillo de la misma forma para construir este muro y yo siento que esa no ha sido la tónica de este grupo diverso que ha estado muy entusiasmado de hacer un trabajo de fiscalización y que ha tenido la libertad de exigir ciertas cosas, de pedir cosas y de cuestionar lo que, tal vez, históricamente no había sucedido. Yo creo que la evolución va a estar en poder sostener la diversidad y el ímpetu de ponerse al servicio de la comunidad y de hacer lo mejor posible para no caer en trampas personales o políticas. Ahí va a estar su evolución en cuánto va a poder sostener su diversidad y su ímpetu de ayudar y ponerse al servicio”.

— Según lo que dices, no lo defines como “bloque” político, pero se podría decir que funcionan como tal: votan como bloque la mayoría de las veces, tienen reuniones aparte, un grupo de whatsapp aparte; ¿sino es un “bloque” qué es?

“Somos un grupo que nos coordinamos en ciertas cosas…”.

— … Y tienen como denominador común que son oposición a la administración Barra.

“La verdad es que no me siento identificada con ese concepto. La verdad es que me puse más en el ejercicio de este cargo para ayudar a una mejor gestión con un ejercicio de fiscalización profesional y aportando con ideas y perspectivas de mi experiencia profesional en lo que pueda. Para mí la lógica del duopolio de la derecha y la izquierda o la oposición y el oficialismo no es mi motor de trabajo”.

— Pero siguen siendo lógicas con las que se vive el quehacer político en las sociedades grandes y en las comunidades pequeñas.

“Claro. Y una de las cosas que conversamos bastante en esa reunión (con los directivos) fue cómo no convertir el problema de la tensión que hubo en un tema de oposición versus oficialismo, porque finalmente el concepto de ‘oposición’ lo que más hace es ayudar a la democracia y a la gestión. Por lo tanto, incluso, si simplificamos nuestro rol como de ‘oposición’, incluso así es un rol que aporta. Ahora, por eso nunca me ha gustado el concepto de ‘bloque’ porque pareciera paralizar, pero lo de ‘oposición’ me parece más bien que busca equilibrar, cuestionar y traer diferentes perspectivas a la mesa”.

— ¿Tiene futuro un grupo o bloque político que es tan extremadamente transversal, en el que hay un miembro del PC (Ricardo Cortés), bien a la izquierda, y otro de la UDI (Armin Avilés), bien a la derecha? ¿Qué futuro político tiene una agrupación en ese contexto más allá de ser opositores al alcalde?

“En el fondo, creo que la oportunidad que tiene esta coordinación y trabajo en equipo que, a veces, incluye al resto de los concejales también; tiene mucho más que ver con nuevas perspectivas, intenciones de apoyar y romper modus operandi que ya no estaban funcionando bien. No tiene una aspiración política en la lógica del duopolio político. Tiene otra lógica…”.

— ¿Pero qué lógica tiene, porque pareciera ser que cuando integran el grupo la única lógica que los une es “voltear” a la administración Barra y de hecho “voltean” al administrador Rodrigo Ortiz y siempre se manejó que iban tras el alcalde?

“No estoy de acuerdo con lo que dices y creo que es una lectura simplista de lo que estamos haciendo en nuestro rol de fiscalizadores. Si es que quisiéramos ‘voltear’ las cosas, no me lo he planteado nunca como un ejercicio de ‘voltear’. Me lo planteo como un ejercicio de que somos un grupo que tiene la suficiente fuerza como para entrar a cuestionar ciertas cosas que nunca habían sido cuestionadas o exigir estándares que no habían sido exigidos”.

— Te lo pregunto directamente, ¿fue o es un objetivo sacar a Carlos Barra de la alcaldía antes de que termine su período?

“No”.

— ¿Nunca fue ese un objetivo? ¿No existió? ¿Nunca lo hablaron?

“Lo que pasa es que ese no puede ser un objetivo si es que uno no tiene fundamentos. Si es que llegásemos a encontrar los fundamentos es nuestra responsabilidad perseguir eso. Es nuestra responsabilidad. Lo que pasa es que eso es algo que solo se puede lograr si tienes las razones de ‘notable’ —como se hace llamar el término— ‘notable abandono de deberes’ para denunciar esas situaciones. Eso, independiente del objetivo. No tiene que ver con el objetivo. Nuestro rol no es tener un objetivo, nuestro rol es fiscalizar y de encontrar fundamentos que denuncien un ‘notable abandono de deberes’, es nuestro deber denunciarlo. Pero eso no tiene que ver con el objetivo, tiene que ver con nuestro deber”.

— ¿Y hasta aquí han encontrado fundamentos para eso?

“No. Por algo no ha pasado”.

— Personalmente, ¿cuál es tu proyección política? ¿Quieres un nuevo período como concejal o miras un poco más allá y quieres pelear la alcaldía? ¿Cómo te proyectas?

“La verdad es que por este año lo que me he propuesto es trabajar lo mejor que pueda. Es decir, yo no tengo trabajos paralelos. Solo tengo algunas actividades pequeñas y estoy dedicada cien por ciento a esto: poder hacer mi rol de fiscalización como corresponde y también poder aportar y ayudar en todo lo que pueda. Voy a todas las reuniones que me invitan. Mi espíritu tiene que ver con aportar y me proyecto de esa forma, en el sentido de que cada vez que pueda aportar con mi experiencia y habilidades profesionales, estoy al servicio y creo que eso tiene sus propios frutos. En el fondo hoy no estoy focalizada en los frutos que eso va a dar. Cómo se van a dar (los frutos) en la comuna y cómo eso va a ir creciendo políticamente es una incertidumbre porque, a veces, el populismo no acompaña necesariamente el ímpetu de alguien que vino a aportar o con la esperanza de aportar”.

— ¿Ves visos de populismo muy arraigados en la comuna en general y en la mesa del concejo en particular?

“Creo que mi sensor respecto al populismo son las redes sociales y los usuarios de redes sociales son un segmento de la sociedad, por eso siempre queda la incertidumbre de saber cuánto rinde el populismo. Y en las redes sociales existe el populismo y lo veo por todos lados; incluso de los usuarios que comentan, esperan y a lo que reaccionan y no reaccionan. Es una lectura, a veces, superficial. Claramente la sociedad chilena y viendo los resultados de las elecciones, igual se hace ver que quiere estar informada y no se termina de satisfacer con lo mínimo. Hay una primera reacción populista, pero también hay una sociedad que quiere volver a creer y a participar. En ese sentido, hacer una buena gestión debiese dar frutos”.

— Pero es diferente el populismo que campea en redes sociales con usuarios que son afines a hablar y opinar de todo, al que nace de los entes políticos actuales: concejales, alcalde, funcionarios. Mi pregunta va hacia ese segmento. 

“Creo que todos están haciendo lo mejor que pueden y cada uno tiene su forma. Todos somos libres de tener una”.

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