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“Es la seguridad, estúpido”


A principios de los 90 la política norteamericana definiría la posibilidad de un nuevo Presidente. Disputaban el cargo el republicano George Bush padre (quien ya era mandatario) y el demócrata y gobernador del Estado de Arkansas, Bill Clinton. El mundo venía saliendo de la “guerra fría” y los regímenes socialistas se caían a pedazos luego del colapso de la Unión Soviética. Y los efectos ya se hacían sentir en las potencias y Estados Unidos no estaba ajeno a ello, por lo que comenzó a entrar en una compleja recesión económica.
Fue en esa campaña, con un Bush muy exitoso en política internacional (fueron los años de la primera Guerra del Golfo), que el equipo del demócrata se enfocó en el problema que viviría la población con el desplome de los empleos y el alza del costo de la vida. Por lo mismo, el asesor de Clinton, James Carville, acuñó la frase “es la economía, estúpido” para iluminar en el principal problema que enfrentaba el país. La historia ya la conocemos, Clinton ganó la elección y dio paso a décadas de bonanza económica en el país del norte.
Ahora, a días de comenzar la nueva temporada de verano, Pucón enfrenta una complejidad que de no tomarla seriamente y superarla podría poner en jaque nuestro destino. Se trata del problema de seguridad que vivimos como comunidad. Robos, asaltos, peleas, drogas, fiestas clandestinas e incivilidades varias fueron una mala compañía desde que comenzamos a salir de la pandemia y tuvieron en el verano pasado un desagradable punto alto que empañó una muy buena temporada estival.
Por lo mismo, el llamado ahora es —tal como en la campaña de Clinton— enfocar en este tema y plantear, como lo hizo aquel asesor, que la seguridad es un tema complejo sobre el cual no hay que cejar esfuerzos para afrontarlo y superarlo. No sirve de nada esconder la cabeza como el avestruz y hacer como que el asunto no existe. Hay que llamar la atención de todos y plantear que lo superaremos con el esfuerzo de todos; sobre todo el de nuestras autoridades y organizaciones civiles. Quizás sea bueno, tal como en la campaña de Clinton, acuñar la frase “es la seguridad, estúpido” como eslogan de nuestro pueblo. Quizás así llamemos la atención de quienes nos gobiernan.