Un niño nos ha nacido

Si bien no hay ninguna certeza histórica que Jesús haya nacido un 25 de diciembre; sí la fiesta occidental de la Navidad se ha materializado como la fecha en la que el hijo de Dios vino al mundo. Y pese a que algunos estudiosos bíblicos son reacios a la mencionada celebración; queremos hacer un foco en el significado de que el mismo Dios haya decidido venir a la tierra a encarnarse como un hombre y vivir entre nosotros, la humanidad. 

Los evangelios bíblicos son claros en mostrar a Jesús como el hijo de Dios, y más que eso, Dios mismo. Pero muestran también que el camino de quien se transformaría en el salvador de la humanidad, fue descendente. Es decir, la misma Biblia nos muestra que Cristo no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse y se hizo igual a los hombres. Y ya siendo hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte. Y no fue cualquier muerte, sino que la peor muerte conocida hasta el día de hoy por la humanidad: una cruz romana.

Y todo lo descrito en el párrafo anterior fue lo que, según los evangelios, propició que personas imperfectas y faltos en todo sentido puedan ser perdonadas y tener un acceso directo con el mismo creador. Es decir, ser salvadas del castigo eterno a causa de los pecados y transgresiones propias de la humanidad.

Solo entendiendo lo anterior hacen sentido las palabras del profeta Isaías quien señala (Isaías 9:6): “Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Ese niño era el Cristo.

Como medio nunca hemos ocultado los principios cristianos que nos rigen desde nuestra creación. Y es en ese contexto que quisimos hacer un alto y aprovechar la fecha para reflexionar en la necesidad de que este milagro de la salvación, a través de Cristo, sea una realidad en nuestras vidas. Es relevante su nacimiento y su vida; pero la materialización completa del milagro de la salvación ocurrió en una cruz romana hace dos mil años. Es de esperar que esto sea el mejor regalo de la Navidad. Y esos son nuestros deseos para la nochebuena.