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La Poza: la caída del emblemático proyecto inmobiliario a metros de un humedal y de un lago saturado

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  • Problemas medioambientales en principio, luego los económicos marcan por ahora el incierto futuro de los tres edificios con 170 departamentos que están próximos a salir a remate con un piso que está en los US $15 millones.

La historia del complejo inmobiliario La Poza SA ligado al empresario Alfonso Fuenzalida ha tenido una historia llena de sobresaltos en Pucón. Y pareciera ser que no terminará de la mejor manera. Esto, luego de conocerse hace unos días la decisión del 4to Juzgado Civil de Santiago de sacar a remate el complejo de tres edificios con 170 departamentos, emplazados a metros del humedal urbano de ese sector (salida poniente de Pucón) y a metros del lago Villarrica, declarado saturado y en proceso de mejora vía Plan de Descontaminación que se encuentra —se supone— en definiciones finales antes de ser promulgado. 

Pero más allá del proceso de remate, por una deuda que supera, según publicaciones de la prensa capitalina especializada, más de $17.500 millones, y la posibilidad que se detenga por recursos de última hora; el proyecto lleva años de cuestionamientos. Principalmente porque ha sido indicado como uno de los íconos del crecimiento inmobiliario desmedido y desordenado en Pucón. Sobre todo por construirse en una zona considerada por grupos ambientalistas como en extremo sensible, como lo es el humedal urbano de La Poza. 

De hecho, hace un poco más de cinco años atrás (enero 2019), las alertas ambientalistas y de la comunidad saltaron cuando se conoció la idea de intervenir el humedal e instalar un muelle aledaño a los edificios. La idea, según se supo, era darle una alternativa de esparcimiento a los mismos futuros propietarios de los departamentos en un lugar de una vista esplendorosa, pero sin playa de arena. El muelle, en los hechos vendría a suplir esa necesidad, ya que incluía un área de “asoleamiento”. El proyecto, pese a contar con una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) favorable, nunca vio la luz. Al menos hasta ahora.

Pero los problemas ambientales siguieron. Y hubo una nueva crisis cuando en noviembre de ese mismo año, grupos y activistas denunciaron el vertimiento de aguas servidas al lago. En esa oportunidad, funcionarios de la unidad Medioambiental de la municipalidad llegaron hasta el lugar y dieron cuenta de un rebalse en la planta de tratamientos de la constructora. Esto por el exceso de agua en las napas subterráneas. La amenaza evidente de todo esto es que el agua sucia escurriera hasta los colectores de aguas lluvias y de ahí al lago. Por lo mismo se abrió un sumario sanitario, lo que derivó en una sanción.

Pero a los problemas ambientales, se sumaron los económicos. Y estos comenzaron a asomar también en 2019. En abril de ese año los trabajadores amenazaron con tomarse la obra sino les cancelaban los sueldos atrasados. El problema, según señalaron en esa oportunidad los representantes de la inmobiliaria, lo tenía la empresa constructora (JL) con los trabajadores. Desde Fuenzalida (la inmobiliaria) señalaron que ellos mismos asumirían las deudas y se harían cargo de la edificación. La Constructora JL, por cierto, acusó a la inmobiliaria (ahora en quiebra) de no cumplir con los pagos acordados, lo que impidió pagarle a los trabajadores. Un año después el problema se repitió, pero esta vez con las empresas subcontratistas. Estos últimos acusaban más de $300 millones en deudas de parte de la fallida Inmobiliaria Fuenzalida. 

Por ahora sólo resta esperar en cómo se resolverá la quiebra y eventual remate de la propiedad de 8.700 metros cuadrados. El valor inicial o el piso que se plantea, según la prensa capitalina, es de un poco más de US $15 millones. Y los departamentos presentan un avance calculado en construcción que va desde un 75% a un 90%.

Ahora, el asunto se podría complicar más, ya que existe un litigio por un deslinde que lleva la familia Fernández, vecinos del proyecto, con la misma inmobiliaria Fuenzalida. Son 277 metros cuadrados que están en disputa. Y si bien los Fernández sufrieron un revés en primera instancia, subieron el caso a la Corte de Apelaciones de Temuco. Desde la familia señalan que no tienen problemas en llegar a la Suprema. El caso no es menor, ya que de terminarse la obra es clave tener el asunto del deslinde zanjado judicialmente con miras a una eventual recepción municipal.

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