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Lago Caburgua: la trama tras la polémica por el cierre del brazo del río Trafampulli
Una serie de documentos dan cuenta de cómo se gestó el bloqueo a la parte del cauce que iba a dar a uno de los principales polos de atracción turística de la zona. El origen estuvo en una denuncia de vecinos que acusaban que el desvío era artificial y la DGA le apuntó a un empresario que, pese a sus argumentos, perdió la disputa administrativa. Testimonios y versiones contrapuestas fueron zanjadas a través de la cartografía oficial del Instituto Geográfico Militar.
Controversial. Polémico. Impresentable. Abuso. Con estos adjetivos y otros de mayor calibre las redes sociales han machacado el tema del cierre del brazo del río Trafampulli que iba a dar al lago Caburgua. Todo esto en el contexto de la ostensible baja en el caudal del lago que tiene a vecinos, dirigentes sociales y autoridades con una evidente preocupación que se materializará en la reedición de la mesa técnica que pretende llegar a una explicación sustentada del fenómeno. Pero más allá de la o las causas gatillantes de la situación; las últimas semanas cobró fuerza la teoría del cierre del brazo del río, ubicado en la ribera norte del lago, como un elemento determinante del fenómeno. Y con esto se puso en la mira —de quienes opinaban en diferentes canales— al empresario Marcelo Benito Taladriz por haber materializado el cierre y a la Dirección General de Aguas (DGA) por autorizarlo.
Pero qué fue lo que en realidad sucedió hace casi 15 años cuando fue bloqueado el caudal del Trafampulli que daba al Caburgua. Si bien hay un legajo de documentos que gira en grupos de Whatsapp y Facebook, La Voz… tuvo acceso a la carpeta completa en la que hay indicios y registros objetivos de lo sucedido y la razón del por qué del cierre. Y no deja de ser controversial. La historia, según se explica claramente en la resolución Nº1718 del 31 de octubre de 2006 parte en una denuncia realizada mediante dos cartas. La primera enviada en diciembre de 2005 y la segunda en enero de 2006. En ella, un grupo de vecinos del lago Colico sostenía que el río Trafampulli había sido intervenido y se había modificado su cauce natural en el sector Puerto Negro Llanqui Llanqui en la comuna de Cunco. Los denunciantes adjuntaron, según se especifica en la resolución, un informe técnico que apuntaba a la intervención humana como causante de la desviación de parte del caudal hacia el lago Caburgua y que por lo mismo el Colico presentaba una baja de caudal inusual. Es decir, según estos vecinos denunciantes, las aguas que debían llegar al Colico eran desviadas artificialmente al Caburgua.
La resolución, que detalla paso a paso el proceso administrativo, sostiene que se acogió la denuncia y realizó el traslado a Marcelo Benito Taladriz, como dueño del predio donde se encontraba la supuesta intervención. Este último, por cierto, negó que él haya modificado el río en su cauce natural. Además de eso, la DGA encargó un informe técnico —integrado a la resolución— el que llegó a una serie de conclusiones, entre ellas, que existía una intervención de terceros en el cauce del río y que esto generó el desvío hacia el Caburgua.
“Existen evidencias de que hubo intervención de terceros en el río Trafampulli, lo que sumado a la acción de la naturaleza y el paso del tiempo, ha provocado que gran parte del caudal del río escurra hacia el Lago Caburgua, por un trazado distinto al original”, se explicita en la resolución, la que agrega: “Pese a que el señor Marcelo Benito no ha reconocido haber realizado las modificaciones en el cauce, existen antecedentes y presunciones que permiten establecer que procede apercibirlo para que restituya el cauce a su estado original previo a la intervención”. Es decir, el informe técnico encargado por la DGA compra la tesis de los vecinos del lago Colico en torno a que el brazo del Trafampulli hacia el Caburgua se generaba por la acción humana y la entidad gubernamental ponía en la mira a Benito como el responsable, pese a que este último negaba el hecho. Por lo mismo la DGA ordenó al dueño del predio (Benito Taladriz) en la resolución Nº 85 de febrero de 2006 volver el río a su cauce original y le dio un plazo de 15 días.
Pero Marcelo Benito apeló a la resolución y entregó sus argumentos que también están explicitados en la resolución Nº 1718. En sus descargos, quien estaba en la mira de la DGA, entregó una serie de argumentos que buscaban desvirtuar el informe técnico de la entidad gubernamental. Apuntó a que los datos son contradictorios ya que lo responsabilizan debido a testimonios que dicen que una máquina operó en el lugar dos años antes de la resolución, pero que no explicita en qué contexto, ni a qué obras se refiere. En fin, argumentaba en torno a que no existen antecedentes fundados que responsabilicen a Benito de la imputación. Pero hay más. Benito aseguraba que el dato más duro en torno al uso de maquinaria pesada se debe a que él facilitó la labor a una empresa que realizó trabajos en la vialidad del sector y que en agradecimientos le ofrecieron al cuidador del predio realizar trabajos menores de mejoras en caminos y tapar hoyos con material del desecho. Benito también sostuvo, entre otros elementos, que el caudal que va a dar al Caburgua es de larga data y que provenía de los antiguos propietarios.
Este último elemento (el apunte a que el desvío es anterior y de “larga data”) fue refrendado por carta de otros vecinos y por la intervención directa en la causa de Gastón Holzapfel Gross, quien se hizo parte mediante una presentación ingresada en la DGA en mayo de 2006. Según esta persona, la desviación del Trafampulli al Caburgua es de “tiempos inmemoriales” y que no está en condiciones de decir si era natural o por intervención humana. “El Sr. Holzapfel puede aseverar y dar fe, que desde tiempos inmemoriales, siempre existió un brazo del río Trafampulli al lago Caburgua, hecho conocido por los lugareños, el cual originalmente, no se sabe, puede haberse producido también por la ayuda o mano del hombre, pero lo cierto es siempre existió y por eso los antiguos propietarios del fundo, la familia Chávez, a principios del siglo XX, construyeron sus habitaciones cerca de dicho brazo”, se sostenía en el informe. El documento agregaba, eso sí, que Holzapfel es parte interesada en el tema, ya que el cierre iba a provocar que el predio del hombre se inundara y le produjera, según él mismo expresa en su intervención, “una gran ruina”.
Los argumentos de la DGA
Pese a lo argumentado por Marcelo Benito y Gastón Holzapfel, la DGA resolvió en contra de ambos. Y para ello presentó argumentos técnicos preparados por los funcionarios de la división. Entre ellos se señala que se constata la existencia de una bifurcación de carácter artificial que desvía las aguas del Trafampulli hacia el lago Caburgua. Además de eso sostiene que hay indicios de trabajos de maquinaria pesada que habría trabajado en la generación del brazo que desvía al Caburgua. Lo anterior está respaldado por un dato no menor. Según consta en la resolución, la cartografía oficial del Instituto Geográfico Militar (IGM) no respalda ni grafica ningún brazo que sale del río Trafampulli para dar en el lago Caburgua. “La acción propia del río y la intervención de la mano del hombre pudieron generar el actual canal de drenaje”, sostiene el documento. Por todo lo anterior y por algunos testimonios que apuntaban a Benito como quien usó maquinaria pesada en el sector, la DGA resolvió rechazar el recurso del propietario y empresario inmobiliario y le ordenó cerrar el desvío tras la presentación de un proyecto técnico de modificación de cauce y le da un plazo de 90 días.
Así las cosas, y luego de la presentación del proyecto técnico, la DGA autoriza a Marcelo Benito para que intervenga el desvío y lo cierre mediante la resolución Nº 347 del 12 de marzo de 2008; lo que finalmente se concretó. El cierre, por cierto, se mantiene hasta la actualidad. La Voz… quiso contactar a Marcelo Benito para conocer sus impresiones respecto al tema, pero no respondió los mensajes y llamados.
La resolución clave
Les dejamos la resolución 1718 de 2006 que detalla el proceso completo.