Las terrazas en la calle

Desde hace varios años, quizás décadas, en Chile se viene explotando la idea del conflicto y la presión, a veces violenta, como la salida a cualquier controversia que se tenga. Y esto ha sido acrecentado desde el 18 de octubre de 2019 y, de hecho, se acuñó la palabra “octubrismo” para quienes siguen la “épica” de ese movimiento con tintes revolucionarios que plantea cambios radicales desde el uso de la presión callejera, a veces, violenta.

Y en Pucón no estamos ajenos a esta “nueva realidad” y la épica de las marchas, caravanas, protestas y manifestaciones en general se han hecho comunes como medida de presión para obtener compromisos y acciones de las autoridades. Y más allá de validarlas o no como acción política (nunca validaremos la violencia por cierto), por ahora solo las marcamos como un “hecho de la causa” en la vorágine del desarrollo social y comunitario en el que nos desenvolvemos.

Y pareciera ser que esta forma de plantear las diferencias han permeado mucho más allá de lo que, en algún momento, se pudo haber pensado o creído. Ejemplo de ello es la decisión de algunos empresarios restauranteros de mantenerse con sus terrazas en la vía pública vehicular lo que, de alguna forma, representa esa forma de hacer las cosas: la presión como forma de lograr objetivos, aunque muchas veces estos estén por sobre el bien común o, incluso, la ley.

Desde esta redacción entendemos que para llevar una sana convivencia es necesario acatar la ley y ceñirse a las normativas vigentes. Por lo demás sabemos que la crisis que golpeó a la industria gastronómica se ha visto aminorada con el último verano que vivimos, por lo que sería razonable volver a la normalidad en esta área y sacar las terrazas de la vía pública. Para qué esperar un fallo de la justicia cuando las cosas se pueden hacer por la vía de la buena voluntad. Sin duda que sería un muy buen gesto en estos tiempos tan convulsionados que vivimos.